13 de mayo de 2014

El Triciclo


Haciendo un repaso a los restaurantes de los que he hablado últimamente en este blog, me doy cuenta de que, aparte de sus virtudes gastronómicas,  tienen un común denominador: que al final de la comida te presentan una cuenta que se puede pagar. Alguien los ha llamado restaurantes “low cost”. Son ese tipo de locales decorados con más imaginación que medios, regentados por gente, casi siempre muy joven, que ofrecen unos platos o unos menús más que interesantes a precios muy ajustados. Cuando algunos de los grandes restaurantes (Jokey, Club 31…) han tenido que cerrar, ellos mueren de éxito y, para viernes y sábados, requieren reservar con semanas de antelación. Sin duda han sabido adaptarse a estos tiempos de crisis en los que la visa platino ha pasado a tarjeta normal con límite de disponibilidad, pero en los que la gente quiere seguir sentándose a mesas en las que se sirva una cocina interesante.
El último que he visitado es El Triciclo, en pleno barrio de las Letras (la zona de Huertas) en  Madrid. Es un local amplio y luminoso al que los decoradores han sacado un enorme partido con mobiliario y objetos que parecen encontrados en la calle. El ambiente es desenfadado y el público lo constituyen jóvenes que han pasado ya la etapa del burger, es decir, treintañeros, como sus jóvenes cocineros, bregados, al parecer, en importantes restaurantes. Era viernes a mediodía y estaba lleno.

La carta son apenas veinte platos que se pueden tomar, si se quiere, en medias razones e incluso tercios, lo que permite confeccionarse una especie de menú degustación personalizado.  Éramos tres y, postres aparte, pudimos tomar hasta 8 platos de muy buen nivel, entre los que fue extraordinaria la ensalada de alcachofas, vieiras, foie-gras y trufa y de categoría la de bacalao.

También pasó con nota alta el steak tartar con huevas y huevos y el rosejat de marisco con ali oli de ajo negro, muy conseguido. Menos interesante una cigala (cigalita) asada y ahumada con té, que no decía mucho. En los postres, con el sencillo nombre de “frutas frescas”, nos sirvieron una preparación deslumbrante de colorido y deliciosa en el paladar. Un broche de nivel, como el arroz con leche, perfecto de textura y temperatura, que también compartimos. Qué lejos de esos arroces, fríos de nevera y pasados en vez de melosos, que sirven en muchos sitios cuando se pide este castizo postre.
Con vino, un buen Godello, y café, pagamos menos de cien euros por una comida redonda, que sólo tuvo la pega del servicio, excesivamente lento.
El triciclo (se llama así porque sus dueños-cocineros son tres) es quizá el más exitoso de los nuevos restaurantes “low cost”, entre los que habría que citar el Montia, de El Escorial; La Candela, de Valdemorillo; el Tanta, de la Plaza de Perú  o incluso Casa del Carmen, de Olías de Rey, que mantiene unos precios de crisis a pesar de su reciente estrella Michelín. Una suerte esta nueva tendencia, que permite disfrutar de cocinas muy interesantes a casi todos los bolsillos. Al fin y al cabo, si viajamos con Ryanair, compramos ropa a mitad de precio en los “out-let” y vamos al cine por 4 euros el día del espectador , por qué no hacernos gourmets “low cost”.

El Triciclo
C/ Santa María 28
28014 Madrid
910 244 798
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