10 de marzo de 2020

SUSPENDIDAS LAS CLASES DE MENÚS PARA IMPRESIONAR

Por decisión del Ayuntamiento, dentro de las medidas preventivas contra la extensión del coronavirus,  quedan suspendidas todas las actividades en los C. C. municipales.
Por tanto, desde esta semana, quedan suspendidas las clases de Menús para Impresionar.
Cuando se decida que es posible reanudarlas, se os comunicará con antelación.

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4 de marzo de 2020

Sandwich verde-verde

ingredientes 
Pan de molde, mantequilla, hojas de espinacas baby, aguacate, queso de cabra 
Pesto 
50 g de albahaca, 50 g de piñones, 50 g de parmesano, 80 g de aceite, 1 ajo

preparación
  1. Majamos los ingredientes del pesto en el mortero.
    Con mantequilla a temperatura ambiente, untamos dos rebanadas de pan de molde por un solo lado. 
  2. Ponemos una rebanada sobre papel de horno con la parte que se ha untado de mantequilla hacia abajo. 
  3. Extendemos encima la salsa pesto. 
  4. Encima colocamos una capa de rebanadas de aguacate
  5. Sobre ella, lonchas de queso de cabra. 
  6. Y encima, abundantes hojas de espinaca baby. 
  7. Untamos la otra rebanada de pan de molde con pesto y la ponemos sobre las espinacas con la mantequilla hacía arriba, cerrando el sandwich. 
  8. Horneamos a 180º hasta que se dore.

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Verdinas con mejillones y acelgas

ingredientes 
Verdinas 
500 g de verdinas, 1 cebolla, 1 zanahoria, 1 puerro, 1 hoja de laurel y sal 
Mejillones 
1 kg de mejillones, 1 cebolla, 2 dientes de ajo, 4 tomates maduros, aceite, 1 vaso de vino blanco, perejil y sal 
Acelgas 
1 manojo de acelgas, bicarbonato y sal

preparación
  1. La noche anterior remojamos las verdinas en agua fría. 
  2. Al día siguiente, las escurrimos y las ponemos en una cacerola, cubiertas de agua, añadimos las verduras y el laurel y las ponemos a cocer. 
  3. Durante la cocción, añadimos agua según lo requiera, de forma que siempre esté cubiertas. Salamos al final. Puede estar en hora y media, aunque dependerá de la calidad de la verdina. 
  4. Cortamos las hojas de las acelgas en trozos y las blanqueamos en agua con sal y una pizca de bicarbonato. Las refrescamos y separamos las pencas que guardamos para otra preparación.
  5. Limpiamos bien los mejillones. Rallamos el tomate y picamos la cebolla y los ajos. 
  6. Rehogamos la cebolla y los ajos y, a continuación, el tomate y dejamos que se fría 
  7. Agregamos los mejillones y el vino y dejamos con la sartén tapada hasta que abran. Espolvoreamos con perejil picado. 
  8. Juntamos las tres preparaciones (verdinas, acelgas y fritada con mejillones) teniendo cuidado de que el guiso no quede muy caldoso ni justo de caldo 
  9. Damos un hervor a todo junto y dejamos que repose una hora.
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Mascarpiña

ingredientes 
Bizcocho 
8 huevos, 120 g de azúcar, 120 g de harina,1 sobre de levadura química.
1 piña cortada en trozos pequeños, 400 g de queso mascarpone, 400 g de nata montada y azucarada, mermelada de piña, 1 hoja de gelatina 
Almíbar 
100 g de agua, 100 g de azúcar, 1 copita de ron

preparación
  1. Preparamos el bizcocho, batiendo las claras a punto de nieve con el azúcar y, por otro lado, las yemas. 
  2. Mezclamos con la harina y la levadura y llevamos a un molde de bizcocho. Horneamos durante 15 minutos a 180º. 
  3. Batimos bien el mascarpone y lo mezclamos con la nata montada. 
  4. Hacemos un almíbar, hirviendo el agua con el azúcar durante 3 minutos. Apagamos el fuego y añadimos el ron. 
  5. Calentamos una taza de mermelada de piña y disolvemos en ella la hoja de gelatina hidratada. 
  6. Ya solo queda montar el postre. Con un aro de emplatar (es conveniente que sea alto) cortamos varias porciones del bizcocho. 
  7. Utilizando el mismo aro, pondremos, en el fondo, una capa de bizcocho (si resulta muy grueso, podemos dividirlo en dos con un corte paralelo a la base); pintamos con el almíbar de ron; añadimos una capa de nata y mascarpone; otra capa de bizcocho; pintamos con almíbar y rematamos (siempre debe de ser así) con la mermelada de piña gelatinizada. 
  8. Envolvemos en un film y a la nevera. Lo sacaremos del molde en el momento en que lo vayamos a tomar.
 Necesitaremos tantos moldes como postres queramos hacer.
 
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3 de marzo de 2020

¿Qué clase de pecado es este?

El pasado miércoles se inició, oficialmente, la cuaresma y yo me pregunto si, en nuestras clases, no estaremos pecando o incitando al pecado. O las dos cosas. Me explico: según el canon 1251 del vigente Código de Derecho Canónico, que es por el que rige la Iglesia Católica, “Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo”. Ya me diréis si no es incitar al pecado cocinar y comer todo tipo de alimentos (carnes incluidas) sin recabar si en esos días están o no prohibidos por alguna religión. Eso por no hablar de la gula, pecado capital en el que, por acción o incitación, se incurre cada semana en nuestras clases.
Los antropólogos le han dado muchas vueltas al asunto y no terminan de ponerse de acuerdo sobre los motivos por los que todas las religiones tratan de establecer qué se debe o qué no se debe comer, para ser un buen fiel. En la comparación, los católicos salen favorecidos. Pueden comer de todo, salvo unos pocos días al año. Los judíos tienen una lista, interminable y a veces pintoresca, de alimentos prohibidos que incluyen el cerdo, si, pero también el marisco o el pez espada, porque no tienen escamas. La de los musulmanes es parecida, con el agravante del periodo del Ramadán, con el estricto ayuno de sol a sol. Los hindúes, entre otros, tienen prohibida la vaca y solo los más tolerantes admiten que se pueda comer su carne cuando son ya muy viejas. Curiosamente, un vegetariano lo tiene fácil para la observancia, al menos en cuestiones alimenticias, de cualquier religión: ninguna prohíbe frutas, verduras ni hortalizas. Así, se santifica la ensalada, salvo que se le añadan trozos de jamón o pollo que le harían entrar en el lado oscuro del pecado.
Pero, al final, esto es dormir con una manta corta: si te tapas los pies… Pues eso, la penitencia de no comer carne se compensa con los inmensos goces de la cocina de Cuaresma, con sus potajes y las mil recetas del bacalao; las mariscadas en el paseo marítimo en las vacaciones de Semana Santa; o el chocolate con churros de recogida de la procesión nocturna. Y la torrijas.
Dios aprieta, pero no ahoga.

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