Si preguntas a los entendidos, te citan, al menos tres.
Quizá el más popular, porque es el más céntrico, es Extremo Oriente.
Está situado en los accesos al aparcamiento de la Plaza de España, y es un comercio abigarrado, caótico y destartalado, donde se pueden encontrar alimentos chinos, coreanos, japoneses y filipinos, junto a libros y periódicos. Tiene un pequeño departamento de congelados, donde comprar, por ejemplo, las hojas de pasta para los rollitos primavera, pero prácticamente no hay productos frescos.
La segunda gran tienda está muy cerca de Extremo Oriente. Bajando por la cuesta de San Vicente, frente a la estación de Príncipe Pío (Calle Mozart 5) se encuentra Ta Tung, Supermercado Oriental.
Quizá es el supermercado chino que más se parece a uno español. Se trata de un local espacioso, sin el agobio habitual de las tiendas de este tipo, donde se puede comprar casi de todo: pasta, algas, cervezas, galletas de arroz, soja, sake, aperitivos y dulces, tes variados, col china, raíz de jengibre, conservas vegetales (litchis, castañas, bambú, papaya, coco), sopa miso, pomelo chino, rollitos de primavera congelados, sémola, salsas, taro, yuca... También venden utensilios de cocina y menaje: desde los básicos palillos hasta planchas, espumaderas y wok, pasando incluso por algunas vajillas, cuberterías y cristalerías.
La tercera tienda china es casi una calle entera: la calle General Margallo.
Dicen que Madrid no tiene su Chinatown, pero si una “China Street” o, dicho en castizo, la "Calle de los Chinos", porque en General Margallo (Metro Tetuán) hay nada menos que tres supermercados de productos alimenticios chinos y orientales, y otras dos de productos chinos de importación. Tienen de casi todo, incluido un amplio surtido de menaje y utiles de cocina. El supermercado más conocido es Ibero-China, en el número 23 de la calle, que también vende por internet en esta dirección.
Merece la pena darse una vuelta por ellas, o por cualquier otra que te encuentres (abundan en el barrio de Lavapiés).
Como es habitual no hay problema con los horarios. Cierran tarde y abren domingos y festivos, como si los calendarios laborales no fueran con ellos.
Un consejo: lo mejor es ir con una lista y pedir a un empleado que te vaya dando lo que buscas. En estas tiendas te pierdes. Entre que hay cientos de productos, que se amontonan unos sobre otros y que casi todas las etiquetas están sólo en chino, no hay forma de encontrar las cosas.
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