En el restaurante El Barrio de San Roque, en Cartagena, se puede terminar el almuerzo con una espectacular “tortilla Alaska” flambeada con ron por el cocinero al centro de la mesa. Ya no se ve este ceremonial clásico, muy frecuente, incluso manido, hace unas décadas en locales de cierto empaque. Está delicioso y es postre para cuatro por sólo 6 euros. El Barrio de San Roque ocupa el amplio local de un antiguo almacén remodelado con gracia, con mesas amplias y suficiente distancia entre ellas, pero, sobre todo, es un sitio donde se come bien. Donde el tomate de invierno, aliñado, sabe a tomate; donde las croquetas, crujientes por fuera y cremosas por dentro, saben a jamón o boletus, según corresponda; donde un notable arroz con sepia llega en su punto y se sirve desde la mesa supletoria a cada comensal; donde la comida puede terminar en alto con la deliciosa falla que organiza el cocinero con el mencionado merengue. Con un buen vino de Bullas, más cervezas y cafés, la cuenta para cuatro salió por 124 euros.
Si vuelvo por Cartagena, repetiré, y me gustaría que para entonces hayan solucionado el serio problema del equipo de sala, manifiestamente mejorable.
Vinoteca Moratín
Todo lo contrario de lo que ocurre en Vinoteca Moratín, un restaurante joven, pero ya consolidado en el barrio madrileño de las letras, donde la amabilidad, profesionalidad y calidez del servicio son el complemento perfecto para una cocina sin estridencias pero de muy buen nivel. De una carta breve, tomamos unos delicados puerros confitados con salsa romesco, un salmón marinado al que acompañaba una suave vinagreta de encurtidos y un bacalao confitado sobre escalibada de verduras. La sorpresa, un tuétano asado que se deshacía suavemente en la boca: casi perfecto. Como las raciones son de un tamaño suficiente, fue posible hacer un pequeño menú degustación y probar de todo. Un postre agradable, aunque el chef reconoce que aun debe mejorar la repostería, llevó la cuenta, copas de vino incluidas a 75 euros para dos personas. Cuando la camarera trae las vueltas, cuesta levantarse de una mesa donde te han tratado tan bien. Habrá que volver a esta Vinoteca Moratín, donde todavía quedan por probar el steak tartar, el pulpo de Santoña con aceite de pimentón o los canelones de carrillada de ternera, al parecer, sus platos emblemáticos.
El Bistró
También se come bien, ¡muy bien! en El Bistró, la segunda marca del Coque de Mario Sandoval.
En Griñón, en un chalet rodeado de un agradable jardín, el gran cocinero propone una carta que podríamos llamar clásica: que nadie espere encontrar los menús que han merecido la segunda estrella Michelín para el extraordinario restaurante de Humanes. Pero ser segunda marca de Coque supone una gran exigencia y a ella hace frente, con éxito, este hermano menor. Desde el comedor, amplio, con mesas grandes y con espacio entre ellas, el servicio, en parte procedente de la casa madre, y, por supuesto, la comida, perfecta tanto en la calidad del producto como en sus puntos de elaboración. Elegimos el Menú Gastronómico, del que recuerdo especialmente con una crema de boletus difícil de superar, un cochinillo lacado como no he comido nunca, y una combinación extraordinaria de migas de chocolate, frambuesa y yogur como postre. Un huevo poché, con patata, trufa y hongos, y una cococha de atún con tomate de árbol, completan el menú sin bajar el nivel. Con vino, unos 50 euros por persona.
El barrio de San Roque
C/ Jabonerías 30
Cartagena
Teléfono 968 50 06 00
Teléfono 968 50 06 00
Moratín, 36
Madrid
Teléfono 911 27 60 85
Av Humanes, 52, 28971 Griñon
Madrid
Teléfono: 918 14 99 78
Imprimir
No hay comentarios:
Publicar un comentario