14 de abril de 2010

XXIV Salón del Gourmet

Desde el lunes se celebra en Madrid el XXIV Salón del Gourmet. Sus organizadores pretenden que sea un punto de encuentro entre fabricantes y consumidores de productos delicatessen. Y realmente lo han conseguido, porque, lo que empezó como una pequeña feria en uno de los pabellones pequeños de IFEMA en la Casa de Campo, se ha convertido, 24 años después, en el evento de referencia en el sector de la gastronomía de calidad en Europa.
El Salón es una exhibición que cada año cada año riza el rizo de la exquisitez y el refinamiento. En paralelo a la evolución extraordinaria de la cocina española, los productores del sector de la alimentación se han ido convenciendo de las enormes oportunidades de negocio que hay en el mundo de la gastronomía de alto nivel y se esfuerzan en ofrecer productos cada vez más selectos y mejor envueltos. Hace un tiempo escuche una teoría que explicaba nuestro escaso éxito para vender en el extranjero nuestros mejores productos. Se refería al aceite de oliva y decía que mientras los italianos ofrecían un producto de mediana calidad en frascos de perfume, los españoles tratábamos de vender nuestro excelente aceite en botellas de lejía.
Todo eso ha cambiado de forma radical.
Vean, por ejemplo, este envase de aceite que ofrece una marca gallega.

Y el contenido está a la altura del envase.
Pero no es sólo el aceite. El vino, los quesos, los embutidos, los dulces, las conservas… todo ha dado un salto de calidad inimaginable hace sólo unos años y se presenta de la forma más deslumbrante hasta el punto de que, a veces, parece que se piensa más en el envase que en el contenido...
Como los empresarios, pequeños o medianos, los gobiernos autónomos también toman nota de las posibilidades del sector y promocionan los productos de su tierra en stands de un diseño vanguardista y elegante que no hacen más que resaltar su calidad. Algunos de los pabellones que visité ayer, como el de Castilla y León o Extremadura podrían competir con las tiendas más lujosas de la milla de oro de Madrid.
Un paseo por el salón (dos horas como mínimo) es un goce de los sentidos y una continua sorpresa. Entre los nuevos productos yo he visto polvo de vino tinto, butifarra en caja, crema de arroz con leche, refrescos de vino blanco, rosado o tinto, (sin alcohol), del Grupo Matarromera, helado de coco y curry, bombones rellenos de queso, sal líquida natural, vaporizador de licor de hierbas, caviar de café … Hay tanto que te saturas.
El año pasado, el Salón del Gourmet recibió 80.000 visitantes. Un éxito tal de público ha obligado a limitar el acceso al salón propiamente dicho sólo a profesionales. Para el público en general se han organizado numerosos talleres especializados para probar los productos más selectos del mercado gourmet. Así, previo pago, se pueden visitar los túneles del Vino, del Aceite de Oliva Virgen o del Queso. También los rincones del Pan, el Café y la Cerveza, o el espacio "Protagonista, el Pescado", donde se recrea la bocana de un puerto y una lonja de pescado y los visitantes aprenderán la localización de los bancos de pesca
En fin, aunque cierra el jueves por la tarde, id si podéis. Merece la pena

Me resulta difícil recomendar nada, así que sólo voy a hablar de dos amigos míos, pequeños empresarios, que llevan allí sus productos, ambos de agricultura ecológica. Andrés Morate lleva sus vinos y, por primer año, un frutal aceite ecológico, que produce en su pequeña finca de Belmonte de Tajo (Madrid).Pedro “Cachopo vuelve a la feria con sus exquisitas legumbres que cultiva con respeto absoluto a la naturaleza, en Colmenar de Oreja (Madrid). Algún día os hablaré de ellos con más detenimiento.

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