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12 de abril de 2020

Croquetas de bacalao y patata

ingredientes 
500 g de patatas, 250 g de bacalao desalado, 1 cebolla mediana, 100 g de harina, 1 huevo, pan rallado, aceite y perejil

preparación
  1. Hacemos un sofrito con la cebolla hasta que compote, pero sin que tome color. 
  2. Pelamos las patatas, las troceamos y las ponemos a cocer. Cuando estén tiernas, apagamos el fuego, añadimos el bacalao y tapamos el recipiente. Dejamos que repose 10 minutos.
  3. Escurrimos y pasamos tanto las patatas como el bacalao por un pasapuré, o bien las aplastamos a conciencia con un tenedor. Ponemos el puré en un cazo con perejil picado y cocinamos a fuego medio, moviendo con una lengua o una cuchara de palo hasta que se separe bien de las paredes. ¡Es el punto! 
  4. Dejamos enfriar la masa en un plato o fuente. Cortamos porciones, las pasamos por harina, huevo batido y pan rallado, dándole forma de croquetas, y freímos.


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11 de abril de 2020

Albóndigas de bacalao con patatas

ingredientes 
½ kg de bacalao, 2 rebanadas de pan de molde, 4 patatas gordas, 2 huevos, 1 cebolla, 1 zanahoria, 200 ml de vino blanco, 1 diente de ajo, un poco de leche, perejil, aceite, azafrán, ajo, más perejil y harina

preparación
  1. Hacemos la masa de las albóndigas. Para ello, picamos a cuchillo la carne del bacalao. Guardamos la piel y tiramos las espinas. 
  2. Remojamos el pan de molde en un poco de leche. 
  3. Batimos los huevos con ajo y perejil picados. 
  4. En un bol amplio, juntamos y amasamos todas preparaciones que tenemos hechas hasta ahora. Ajustamos de sal y formamos las albóndigas, que enharinamos y freímos. Reservamos. 
  5. Picamos la cebolla y la zanahoria y las salteamos en una cazuela con un poco de aceite. Cuando la cebolla esté transparente, incorporamos las patatas peladas y cascadas a trozos. Salteamos. 
  6. Añadimos el vino blanco y dejamos que reduzca. 
  7. Cubrimos de agua (o de caldo de pescado, si tuviéramos) y añadimos las pieles de bacalao (que al final retiraremos). 
  8. Cuando vuelve el hervor, añadimos las albóndigas. Dejamos que el guiso cueza hasta que las patatas estén tiernas. 
  9. A mitad de la cocción, añadimos un majado de ajo, perejil y azafrán en rama. 
  10. El guiso debe de reposar 20 minutos. Si quedara poco trabado se puede añadir alguna patata más.

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10 de abril de 2019

Pil pil sencillo de bacalao

ingredientes
½ kg de bacalao grueso desalado, 1/2 kg de bacalao fino desalado, ½ litro de aceite de oliva 0’4º, 4 dientes de ajo, ½ guindilla
preparación  
  1. En un cazo, ponemos a templar el aceite y le añadimos los ajos a láminas y las guindillas. Dejamos que se tuesten muy despacio y retiramos a un papel absorbente 
  2. En el mismo cazo y con el mismo aceite, ponemos el bacalao grueso con la piel hacia abajo y dejamos 10 minutos a fuego muy bajo (al 1 o al 2 de la vitrocerámica).Damos la vuelta al bacalao con mucho cuidado y lo tenemos otros diez minutos en el aceite. Todo con el cazo tapado. 
  3. Sacamos el bacalao grueso del cazo y ponemos en su lugar el fino, con el que repetimos la misma operación: 10 minutos con la piel para abajo, y otros diez después de darle la vuelta. Siempre a fuego lento y con el cazo tapado. 
  4. Sacamos el bacalao y retiramos ¼ de litro de aceite con lo que veremos que en el fondo del cazo se ha depositado una gelatina blanca que ha soltado el bacalao. 
  5. Vertemos el contenido del cazo en el vaso de la batidora y montamos como si fuera una mayonesa. 
  6. Si nos quedase una salsa muy espesa, añadiríamos un poco de agua del desalado. Si queda poco densa, añadimos aceite del que hemos retirado. Si es necesario repetiremos cualquiera de las dos operaciones hasta que el pil pil tenga el espesor deseado. 
  7. Ponemos una tajada en un plato, la cubrimos con la salsa y, sobre esta, ponemos láminas de ajo y rodajitas de guindilla fritas. Si se quiere se puede añadir perejil picado. 
  8. Antes de servir, calentamos un poco el plato en el microondas. 
El color más blanco o más verde del pil pil dependerá del tipo de aceite que utilicemos.


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9 de abril de 2019

Bacalao

Quizá los más jóvenes no recuerdan ya qué era la bacaladera. Las primeras tarjetas de crédito, aunque parezca mentira, no tenían banda magnética. Pero todas llevaban inscrito, en relieve, el nombre del titular y el número de tarjeta. Para dejar constancia de un pago, la tarjeta se ponía sobre un doble papel de calco y con la bacaladera, que no era otra cosa que una palanca con uno de sus extremos fijos, se hacía presión sobre ella para que nombre y números quedaran grabados en el recibo del pago, cuya copia firmaba el comprador.
El nombre, bacaladera, era el apelativo popular y quizá nostálgico con que la gente nombraba a aquel artilugio por su similitud con la bacaladera de verdad: un enorme cuchillo que existía en todas las tiendas de ultramarinos y con la que el tendero cortaba en trozos las enormes piezas de bacalao en salazón, apiladas sobre el mostrador.
La historia ilustra la constante presencia del bacalao en la cocina española, sobre todo en la de las regiones del interior, que no podían acceder fácilmente al pescado fresco.

Las mil formas de hacer el bacalao
Alguien dijo que la cocina portuguesa consiste en cien formas diferentes de hacer el bacalao. Posiblemente, si echamos cuentas, se pueda decir lo mismo de la española. El bacalao está presente en multitud de platos y preparaciones de nuestra cocina desde tiempo inmemorial. También en la literatura: “Pues has de saber que, como decía mi abuela, la olla sin bacalao es como la doncella sin su menester, que ni ha sabor, ni de nada sirve; y a la doncella, la madre Celestina está y la compondrá, pero a la olla, ¿quien, por mi vida?” le soltaba la Celestina a Sempronio al que regañaba “hideputa, que del mercado viniste y el bacalao olvidaste!”.
Como digo, no resultaría difícil llegar al centenar si ponemos números a la increíble variedad de platos que tienen el bacalao como protagonista o actor invitado.
Para mí, el rey sería el bacalao al pil pil, que desde la simpleza de sólo cuatro ingredientes alcanza las altas cimas del refinamiento. Pero no andan lejos de la excelencia, el bacalao al ajo arriero, a la vizcaína, a la riojana, o el exquisito bacalao al Club Ranero, una variante estupenda del bacalao al pil pil. El bacalao es principal actor invitado en la porrusalda, pero también en la exqueisada catalana, en la brandada o en algunas de las empanadas más ricas que conozco. Por no hablar del potaje de cuaresma, al que parece dar todas las bendiciones para que podamos disfrutar sin tino en tiempos de preceptivo ayuno y abstinencia. Combina a la perfección en ensaladas como el popular remojón granadino, en el que su sequedad casa con éxito con jugosos gajos de naranja. La tortilla de bacalao, ese clásico de las sidrerías vascas, sólo es superada por las croquetas, que cuando están bien hechas alcanzan cimas equiparables con las del mejor jamón.
Son casi todas recetas ancestrales que se mantienen contra viento y marea, aunque, en estos tiempos, choquen cada vez más con las prescripciones médicas. Las dietas saludables, cada vez más bajas en sal, hacen que, cada vez con más frecuencia, nos sirvan un bacalao demasiado desalado, con lo que, para mi gusto, pierde su nota característica: ese cierto recuerdo, que tampoco puede ser excesivo, de la salazón.
Me contaba mi amigo Jose (así, sin tilde) que cuando su padre, el señor Caprasio, iba al bar, allá por los últimos años cincuenta, llevaba siempre en el bolsillo una pequeña tira de bacalao salado a la que daba pequeños mordiscos para acompañar al vaso de vino que nunca servían con tapa. Entonces, todavía, los bares se llamaban tabernas y la caña no había expulsado al vino de su trono en la barra. Y allí estaba el bacalao para añadir “salero” al áspero vino a secas.
Ahora no es así, pero existen auténticos templos del bacalao rebozado, empezando por el mítico Casa Labra o Revuelta, en pleno Madrid de los Austrias. Lamentablemente, Elías se jubiló y ya no es posible disfrutar de aquellos jugosos trozos de bacalao rebozado con los que hacía la competencia a los nombrados desde la concurrida barra de su bar, en la plaza de Cerceda, al pie de la sierra de Madrid.
Para consolarme, salgo ahora mismo para el Restaurante del Hotel Auditorio, donde, esta semana, el Chef Miguel Sáez-Bravo ofrece un menú especial "Homenaje al bacalao y las torrijas". Ya os contaré

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30 de enero de 2019

Callos de bacalao con mejillones

ingredientes 
400 g de callos de bacalao, 2 tomates, 2 chorizos, 2 morcillas, 2 dientes de ajo, 2 cebolletas, 1 vaso de agua (puede ser del desalado), ½ vaso de vino blanco, aceite, pimentón picante, sal 

preparación
  1. Remojar los callos de bacalao con tres cambios de agua, para desalarlos. Reservamos un poco de agua del 2º desalado. 
  2. Limpiamos bien los callos de todas las telillas que pudieran tener y los cortamos a trozos. 
  3. Rehogamos en aceite el ajo y la cebolla y, a continuación, el tomate, todo bien picado. Incorporamos el pimentón, el chorizo y la morcilla pinchados y freímos lentamente. 
  4. Sacamos el chorizo y la morcilla e incorporamos los callos troceados. Añadimos un poco de vino, dejamos que evapore un poco y le añadimos, hasta cubrir, el agua que hemos reservado del segundo desalado. 
  5. Cocemos entre 6 y 10 minutos. 
  6. Si se quiere, se pueden incorporar unos mejillones de forma que abran con nuestro guiso, o añadirlos al final, ya abiertos al vapor.

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21 de febrero de 2018

Bacalao sobre crema de puerros


ingredientes 
Crema de puerros 
40 g de aceite de oliva, 300 g blanco de puerros, 300 g de patatas, 1 litro de caldo de verdura 

Bacalao fresco, harina, aceite, huevos y perejil  

preparación 
  1. Rehogamos los puerros en el aceite y los salteamos un poco, cuidando de que no cojan color. Añadimos las patatas y el caldo. 
  2. Dejamos cocer hasta que la patata esté tierna y trituramos. 
  3. Cortamos el bacalao fresco en 2 filetes y estos en pequeñas porciones. 
  4. Pasamos por harina y huevo batido y freímos. 
  5. En el plato, colocamos la crema de porrusalda abajo, y encima el bacalao. 
  6. Espolvoreamos con perejil picado.

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7 de febrero de 2018

Croquetas de bacalao de Abraham García



ingredientes 
400 g de bacalao salado, 1 litro de leche entera, 150 g de harina, 150 g de mantequilla, 1 cebolla

Empanado 
Harina, pan rallado, huevos 
Aceite para freír    

preparación 
  1. Desalamos el bacalao y lo dejamos al punto de sal. 
  2. Le quitamos la piel y espinas y lo picamos menudo. 
  3. Ponemos la leche al fuego y, cuando empiece a hervir, echamos el bacalao, apagamos el fuego y dejamos que repose. 
  4. En una sartén, ponemos mantequilla y freímos en ella la cebolla muy picadita. 
  5. Añadimos la harina y tostamos un poco. 
  6. Incorporamos la leche con el bacalao y, sin parar de remover, dejamos que cueza hasta que la masa se separe de las paredes. 
  7. Vertemos la masa a una fuente engrasada y dejamos que enfríe. Quedará muy bien de un día para otro. 
  8. Formamos las croquetas tomando pequeñas porciones iguales a las que, tras pasarlas por harina, daremos forma de croqueta. 
  9. Las pasamos por huevo batido y pan rallado y freímos en abundante aceite, procurando no cargar en exceso la freidora o la sartén.
  10. Sacamos las croquetas a un papel de cocina, que absorba el aceite sobrante, e inmediatamente a un colador.
Con estos ingredientes saldrán unas 80 croquetas

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24 de enero de 2018

Natas de bacalao


ingredientes 
Hojaldre rectangular, mantequilla
relleno 
1 patata, 1 cebolla pequeña, 250 g de bacalao, 250 ml de nata, 1 c.s. de harina, 1 c.s. de mantequilla, aceite de oliva

preparación 
  1. Pintamos con mantequilla una plancha rectangular de hojaldre, la enrollamos (como una alfombra) y guardamos en la nevera durante 12 horas. 
  2. Freímos patatas paja (en aceite) 
  3. Freímos la cebolla picada y, sobre ella, el bacalao. 
  4. Añadimos la cucharada de harina y, cuando esta esté cocinada, incorporamos la nata. 
  5. Movemos como si fuera una bechamel y, cuando esté terminada, añadimos las patatas paja y mezclamos. 
  6. Cortamos el cilindro de hojaldre en rodajas de 2 o 3 centímetros de grueso. Las colocamos en los moldes y ajustamos en los bordes con las yemas del dedo pulgar, que habremos mojado previamente con agua, de manera que nos quede hueco para el relleno. 
  7. Rellenamos y horneamos a 220º hasta que estén dorados.

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22 de noviembre de 2017

Buñuelos de bacalao


ingredientes 
100 g de harina, 1 huevo, 1 c.c. de levadura en polvo, 1 c.c. de perejil picado, 100 ml de leche, 6 c.s. de aceite (aprox. 30 g), 150 g de bacalao desalado, ½ diente de ajo, 2 c.s. de pan rallado, aceite para freír
preparación

  1. Trituramos ajo y perejil. 
  2. Añadimos el bacalao, muy picado. 
  3. Incorporamos el aceite, el huevo y la leche. 
  4. Por último, el pan rallado, el harina y la levadura. 
  5. En aceite caliente, vamos friendo pequeñas porciones, que tomamos con una cucharilla de postre. Escurrimos el aceite sobre un papel de cocina. 

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29 de marzo de 2017

Lentejas con bacalao y ajo negro

ingredientes
Para las lentejas 
400 g de lentejas pardinas, 1 cebolla, 1 zanahoria, 1 patata. Ajo, laurel, aceite, pimentón y sal

300 g de bacalao desalado, 1 cabeza de ajo negro, 4 c.s. de aceite y sal

preparación
  1. Lavamos las lentejas, las ponemos en la olla a presión con el resto de los ingredientes y las cubrimos de agua generosamente (el agua debe de llegar cuatro dedos por encima de las lentejas)
  2. Cocemos entre 20 y 30 minutos.
  3. Sacamos los ajos negros de su camisa y los majamos en un mortero con un poco de sal y aceite.
  4. Ponemos el bacalao encima de las lentejas y dejamos que dé un hervor.
  5. Antes de servir, ponemos el aceite de ajo negro encima del bacalao.
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2 de noviembre de 2016

Judiones de La Granja con cocochas de bacalao

ingredientes  
para las judías
400 g de judiones de la Granja
1 cebolla,
1 hoja de laurel
1 tomate
2 dientes de ajo
un chorrito de aceite
1 rama de perejil

para la cococha
1 kg de cocochas en salazón
1 cebolla
1 diente de ajo
200 ml de vino blanco
aceite
1 c.s. de harina
azafrán en rama y perejil

preparación
  1. La víspera, remojamos los judiones en agua fría.
  2. En una cacerola, ponemos los judiones con todos sus ingredientes, los cubrimos de agua y los ponemos al fuego.
  3. Vamos añadiendo agua, poco a poco, de manera que siempre estén cubiertos y así los tenemos tres horas a fuego lento o media hora en la olla a presión (tiempos orientativos)
  4. Ponemos aceite en una sartén y rehogamos la cebolla y el ajo. Añadimos la harina y el vino, dejamos que este reduzca e incorporamos agua de cocer las judías.
  5. Quitamos las verduras que han cocido junto a los judiones y les agregamos el contenido de la sartén y las cocochas, que previamente habremos desalado.
  6. Añadimos abundante perejil picado y azafrán y dejamos hervir durante 10 minutos.

Como todos los guisos, debe reposar, a ser posible, una hora

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20 de septiembre de 2016

Buñuelos fáciles de bacalao
















ingredientes
250 g de bacalao desalado
250 g de harina+1 sobre de levadura
1 huevo
1 cs de leche
200 ml de agua fría
ajo
perejil
sal y pimienta
aceite para freir

preparación
  1. Escaldamos el bacalao, los desmigamos y, finalmente, lo escurrimos para quitarle el agua.
  2. Mezclamos la harina con la levadura.
  3. Batimos el huevo con el agua, la leche, el ajo, el perejil, sal y pimienta.
  4. Añadimos la harina y hacemos una masa.
  5. Incorporamos el bacalao a la masa.
  6. Con dos cucharillas, vamos haciendo porciones del tamaño de una nuez, que freiremos por tandas sobre aceite caliente.
  7. Los buñuelos deben comerse recién fritos.
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16 de marzo de 2016

Empanada de puerros



ingredientes
hojaldre
puerros
bacalao desalado
aceite
pasas
huevos para pintar


preparación
  1. Ponemos las pasas en remojo.
  2. Cortamos los puerros en juliana y los rehogamos en aceite con el bacalao.
  3. Estiramos una lámina de hojaldre, ponemos el relleno y tapamos con otra lámina de hojaldre, formando la empanada.
  4. Pintamos con huevo y ponemos las pasas encima, clavándolas un poco en la masa, y horneamos a 200º hasta obtener un bonito color tostado. Si este color se consigue muy rápidamente, es muy posible que la empanada quede cruda por abajo, en cuyo caso taparíamos con papel de aluminio y seguiríamos horneando. El tiempo total no deber ser nunca inferior a 20 minutos y estaría bien unos 30.

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25 de marzo de 2015

Potaje con agua de mar


ingredientes
350 g de garbanzos
175 g de alubias
25 g de algas wakame deshidratadas
agua de mar
cebolla, ajo, perejil, zanahoria y laurel para cocer con las legumbres,
pimentón y azafrán
½ kg de bacalao
3 huevos.

preparación
  1. Desalamos el bacalao durante 48 horas. Haremos tres cambios de agua y, mientras tanto, lo mantendremos en la nevera.
  2. La víspera, remojamos los garbanzos y las judías.
  3. Cocemos las judías con una zanahoria, ½ cebolla, laurel y perejil, todo entero: sin picar.
  4. En la olla, ponemos los garbanzos, las pieles y raspas del bacalao, laurel, ajo y cebolla. Cubrimos de caldo usando 2 partes de agua normal por 1 de agua de mar. Cocemos.
  5. Remojamos las algas durante 20 minutos, cambiamos el agua y volvemos a remojar durante otros 20 minutos
  6. Cocemos los huevos.
  7. En una sartén con un poco de aceite, salteamos la cebolla con el pimentón, el azafrán y el bacalao desmigado.
  8. Juntamos el contenido de la sartén con las judías, los garbanzos y las algas, ajustando la cantidad de caldo.
  9. Añadimos el huevo duro picado y dejamos cocer durante 5 minutos.
  10. Si el potaje no va a tener reposo, podemos añadir 2 cucharadas de harina en el rehogado.
  11. Podemos hacer unas pelotas con miga de pan, huevo, ajo y perejil, bacalao desmenuzado. Se pasan por pan rallado, se fríen y se incorporan al potaje para que cuezan con él.
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9 de abril de 2014

Ensalada de potaje

















ingredientes
espinacas
lascas de bacalao (desalado o ahumado)
pan frito
huevos duros

Humus
1 bote de garbanzos cocidos (400 g)
1 diente de ajo
2 c.s.de tahine (puré de sésamo triturado)
ralladura y zumo de lima
1 c.c. comino en polvo
1 c.s. de aceite de oliva
½ vado de agua
pimentón y aceite de oliva para poner encima una vez hecho

Vinagreta
aceite de oliva
vinagre
sal y azafrán

Aceite de perejil
perejil y aceite

preparación
Para hacer el humus, trituramos con la batidora todos los ingredientes, dejándolo más bien espesito.
Freímos unos trocitos de pan duro.
Cocemos los huevos.
Trituramos perejil en aceite de oliva.
En cada plato montamos las ensaladas poniendo todos los ingredientes de forma “dispersa”.
Tiene que tener un aspecto vistoso.
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31 de marzo de 2014

Bacalao

















No hay alimento más cuaresmal que el bacalao. Su aspecto seco, austero e incluso adusto, casa perfectamente con ese tiempo de penitencia que para los católicos precede a la Pascua. Parece inventado para cumplir con el precepto de abstinencia de comer carne que rige en ese periodo. En tiempos fue un alimento barato y popular, lo que explica que pudiera añadirse a todos los potajes que tenían vetada la carne. Las tiendas de ultramarinos solían tener enormes pilas de bacalao que el tendero troceaba hábilmente usando la “bacaladera”. Incluso colgaban algunas de las piezas más hermosas en la puerta para anunciar el género. Como digo, era un alimento humilde para tiempos de escasez y, quizá por eso, cuando las cosas mejoraron, su consumo se redujo notablemente hasta el punto de que casi desapareció de los comercios. Desapareció, para volver tiempo después con muchas ínfulas, casi convertido en un producto gourmet: en las ciudades empezaron a aparecer “Casas del bacalao” e incluso boutiques y los precios se subieron por las nubes. También mejoró mucho el producto y volvió a las mesas más ilustres con todos los honores. Aunque se produce en Noruega y Terranova, los grandes consumidores de este producto en salazón somos los habitantes de la Península Ibérica, especialmente los portugueses, de cuya cocina se dice que consiste en 365 maneras distintas de preparar el bacalao: una para cada día del año. En los mercados tradicionales de Portugal es habitual encontrar un departamento dedicado exclusivamente al Bacalao y en sus ciudades en fácil dar con tiendas que se dedican exclusivamente a su venta. Allí las amas de casa lusitanas se provén del ingrediente rey para preparar esos estupendos “bacalhaus” a Braz, as Natas, a la Gómes de Sa… O al modo de Setúbal. No hay que olvidar que la patria chica de Mouriño hizo su riqueza salando los bacalhaus que llegaban de Terranova.

En España, el dato más antiguo de la captura de bacalao es de 1345, cuando se firma un tratado entre los Reyes de Inglaterra y España que autorizaba a los pescadores de Vizcaya a faenar en las costas de Bretaña previo pago de unas tasas. Desde entonces, los pescadores vascos abastecieron a todo España de ese bacalao que es la base de algunos de los platos más deliciosos de nuestra cocina. Se hace la boca agua sólo con citarlos: Bacalao al pil-pil, al ajo arriero, a la riojana, con sanfaina, o en el ya citado potaje de cuaresma. Por no hablar de la jugosa tortilla, la humeante porrusalda, la sabrosa empanada o los buñuelos, todos de bacalao.
O el bacalao a la bilbaína. En 1835, un comerciante de Bilbao que se llamaba José María Guturbay, encargó a una compañía inglesa 100 o 120 piezas de bacalao. La orden, que se trasmitió por telégrafo óptico (el eléctrico todavía no se usaba), no distinguió entre la o y el cero: "Envíenme primer barco que toque puerto de Bilbao 100o120 bacaladas primera superior". Y los proveedores ingleses hicieron llegar puntualmente al puerto de la capital vizcaína 1.000.120 hermosas bacaladas, que pusieron al asombrado Guturbay al borde del infarto. Era hombre de palabra y aceptó el pedido, consciente de que se estaba labrando la ruina porque no sería capaz de venderlo. Pero la suerte y los carlistas vinieron en su ayuda. Por esos días, la facción carlista del general Zumalacárregui puso cerco a Bilbao, y nuestro amigo Guturbay vio el cielo abierto: mientras duró el sitio y escaseaban los alimentos, vendió, seguro que a buen precio, su pedido y se hizo inmensamente rico. Hay quien duda razonablemente de que, a pesar de su reconocido buen saque, los 20.000 habitantes que por entonces tendría Bilbao fueran capaces de comerse todo el cargamento en los dos meses que pasaron hasta que Espartero rompió el cerco. Lo que si es cierto es que aquel humilde comerciante se hizo inmensamente rico y pudo invertir en el prometedor negocio del ferrocarril o en el todavía más seguro de la banca: fue uno de los fundadores del Banco de Bilbao. El y sus hijos fueron también gente generosa. Por ejemplo, donaron los terrenos sobre los que se asienta el hospital de Basurto. Cuando en 2007 se cumplieron 110 años del comienzo de las obras, un periódico vasco no dudo en llamarlo “El hospital del bacalao”.
Todo un negocio esto del bacalao. Y si no, que se lo digan a Casa Labra, la centenaria taberna de la madrileña calle de Tetuán que siempre está llena de clientes, atraídos como por un imán, con el reclamo de esas sabrosas tajadas de bacalao rebozado, que, a cada rato, aparecen recién hechas en rebosantes bandejas, que al momento quedan vacías. Imprimir