
En el mercado:
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-Buenos días. Deme un kilo de alcauciles.
-¿Alcauciles? Los siento, pero no tenemos.
-¿Qué no tienen?
-Que no, señor, que no tenemos.
Los estaba viendo con sus propios ojos, pero el frutero insistía en que no tenía. La mujer pensó que trataba de burlarse de ella y prefirió marcharse sin insistir. Recién casada, acababa de llegar a Madrid desde Sevilla, donde había vivido toda su vida, y nadie le había advertido de que en la capital y en la mayor parte de España se llama alcachofas a lo que, junto al Guadalquivir, tiene un nombre que rezuma sabor árabe: alcauciles.
No es el único alimento con nombre distinto en Andalucía. Hay bastantes más y casi todos con reminiscencias árabes. En algunas zonas de esa comunidad se llama
alboronía a lo que casi todos llamamos pisto manchego; y, a los albaricoques,
damascos, con un nombre que suena a califatos.
En tierras de Jaén no os confundáis si os invitan a un guiso de
choto. No os tendréis que comer un ternero. Un choto es un cordero.
Son muchos los alimentos que tienen nombres diferentes según las zonas. Citando de memoria, me acuerdo las
arvejas o
alvejas, que no son otra cosa que guisantes. Los melocotones se llaman
duraznos en algunos sitios, los pomelos
, toronjas y las ciruelas,
prunas.
En Cantabria los calamares son
rabas y los boquerones,
bocartes; en el País Vasco, se dice
vainas a las judías verdes; en Canarias, piden
beterrada cuando quieren remolacha y un castizo madrileño llamaría
gabrieles a los humildes garbanzos, base de su cocido.
Quizá la palma en lo que se refiere a variedad de nombres se la llevan las judías, que en sus distintas clases pueden llamarse
fabes, chícharos, pochas o habichuelas como dicen los andaluces.
No entro en americanismos, porque la lista sería infinita. Me ha llamado la atención que, en Argentina, llaman
savora a la mostaza. Savora, en realidad, es la marca más popular de mostaza: es como cuando aquí decimos un “danone” para pedir un yogur. También en ese país el requesón se llama
ricota, seguro que por influencia de los inmigrantes italianos.
El
ají (pimiento) es ingrediente clave de la gastronomía peruana. Es famoso el ají de gallina. Lo más curioso es que, en esas tierras andinas, se dice que alguien “
se ha hecho un ají” a quien se ruboriza, es decir, a quien se pone “colorao como un pimiento”.
Y luego está el
melón de agua. Lo leí en una novela inglesa y pensé que era una traducción excesivamente literal del nombre inglés de la sandía (wáter melón que literalmente se traduciría como melón de agua) Pues no era así. El diccionario de la Real Academia incluye melón de agua entre los nombres de la sandía.
Seguro que se os ocurren muchas más palabras. Nos las podéis contar en “comentarios”
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