2 de febrero de 2010

Reglas de urbanidad

















No está de moda la palabra urbanidad. Los más jóvenes no deben ni saber qué significa. Quizá la relacionen con lo urbano, referido a la jungla de las grandes ciudades: ellos hablan de “tribus urbanas”. Ni se les pasa por la imaginación el significado que la Real Academia Española da a la palabra en su diccionario: “cortesanía, comedimiento, atención y buen modo”.
No hace tanto tiempo, (¿o quizá sí?), la “urbanidad” era una cualidad exigible a cualquiera que quisiera moverse sin incidentes en ambientes de clase media acomodada. Las “reglas de urbanidad” , sin llegar a “Educación para la Ciudadanía”, eran algo importante en la educación de niños y niñas tanto en el colegio como en las familias. A veces eran un corsé excesivamente rígido, que impedía la espontaneidad.
La revolución de los 60 (El mayo del 68, los hippys…) reventaron el corsé y, en un gran pendulazo, lo informal, lo “natural” pasaron a ser la moda que enterró aquellos catecismos del comportamiento.
Todo este “rollo” viene a cuento de algo que me sorprendió un día de estos cuando buscaba algo en la web de Carrefour. En este sitio tan improbable encontré un enlace en el que, con un lenguaje sencillo y nada dogmático, se daban algunos consejos sobre el protocolo y la forma de comportarse en la mesa. Son normas casi lógicas, que supongo que todos conocemos, pero que me ha gustado recordar. Cuántas veces nos hemos sentido incómodos al ver el apuro de alguien que no sabe cómo comportarse a la mesa. Cuántas veces el comportamiento incorrecto de algún comensal hace que una comida sea menos agradable.
Aunque sólo sea para recordarlas, aquí os dejo los enlaces a esas normas de urbanidad en dos apartados: Corrección en la mesa y Como comportarse si es invitado.
Seguro que se os ocurren más. Ponedlas en los comentarios.
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