30 de septiembre de 2013

Singular Food: menú del día de autor

















Aunque había oído hablar de este restaurante, nunca había hecho mucho caso. Me parecía que las críticas favorables podían esconder una operación más o menos encubierta de relaciones públicas de una empresa necesitada de mejorar su imagen, totalmente desprovista de glamour. Pero a veces, en el sitio más insospechado, salta la liebre. Hablo de Síngular Food, el restaurante del  Makro Alcobendas. Viene avalado por Íñigo Lavado, un chef de prestigio, pero no deja de ser un restaurante de batalla: de menú del día y poco más.
Situado en un “corner” del aparcamiento del hipermercado, el restaurante es un sitio funcional, decorado con desenfado y muy luminoso, gracias a sus enormes cristaleras. 
Cuando llegas, tienes que rellenar un formulario, en el que marcas con una cruz lo que quieres comer, entre las tres modalidades de Menús del Día, que propone más de 20 platos entre primeros y segundos y media docena de postres.  El menú base cuesta 13 euros (12,95) y si se quiere un segundo algo más caro, un euro más. Además, por 9 euros se puede tomar plato único, en una selección de diez platos, que parecen más que suficientes para satisfacer a quien no llegue con mucho apetito.  Por el mismo precio, 9 euros, se puede llevar a casa una docena de los platos de la carta.
Rellenado el formulario, te dan el pan y un banderín con un número, que debes poner en tu mesa para que las camareras, simpáticas y eficacísimas, puedan localizar quién ha pedido cada plato.
Pero vayamos a lo que interesa: la comida. De primero, pedí una ensalada templada de bacalao que resultó estupenda. El bacalao desalado en su punto, ni salado ni soso, y perfectamente aliñado junto a una selección de lechugas como la que venden en Makro. Porque en Singular Food se cocina con los mismos productos que se venden en el supermercado. (Días después, en un renombrado restaurante de Arévalo, la peor ensalada de bacalao que he tomado en mi vida me costó más que el menú completo de Singular Food). 
Mi marido dio cuenta de un arroz cremoso de setas relamiéndose de gusto. Igual de apetecibles, en la carta de primeros  figuran también una ensalada de pollo con vinagreta de queso, un cous cous con guacamole, tomate y carne guisada o unos raviolis cremosos de setas y hongos con tomate, por sólo citar algunos.
Mi segundo consistió en una brocheta de langostinos y chipirón con salmorejo a modo de salsa, impecable en la elaboración. Pero también en la calidad: una no espera encontrar marisco medianamente satisfactorio en un menú del día que necesariamente debe ser económico. En este, la relación calidad precio era más que buena. 
El taco de buey asado que tomó mi marido también daba el nivel. Me resultó curiosa la milhojas de patata que llevaba de guarnición.  Los huevos rotos con patatas y jamón ibérico, el secreto ibérico con trigueros y cherrys o la merluza a la plancha con patata roja y trigueros tampoco parecían malas opciones, pero se quedarán para otro día.
Una tabla de quesos, que incluye tres bocaditos muy bien seleccionados, y una torrija caramelizada con helado mantuvieron alto el nivel a la hora de los postres.
Con pan, agua mineral y una copa de un buen Ribera de Duero, la cuenta para dos subió a 28 euros: 30 con los dos cafés que pedimos para redondear el almuerzo. Creo que es un precio muy ajustado para la calidad y la cantidad (los platos son más bien generosos) que se ofrece y no me extrañó que, desde que llegamos hasta que nos fuimos, no dejaran de llegar clientes que, por el aspecto, parecían trabajadores del polígono industrial donde se encuentra este Singular Food al que espero volver. Aunque me gustaría más que se extendiera a los establecimientos que Makro tiene en Alcorcón o Leganés, que son los que más frecuento.

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