12 de mayo de 2015

Pizza















Cada segundo se comen 95 pizzas en todo el mundo. Cada año más de 30.000 millones, lo que quiere decir que tocamos a cuatro y media por persona, aunque a algunas no les llegue nada. Es, sin duda, uno de los dos o tres platos más populares del planeta y, por supuesto, el que más se sirve a domicilio: ¿porqué no venis a casa a ver el partido y pedimos unas pizzas?.
Como todos los alimentos populares, la pizza parece fruto de la improvisación con los ingredientes de que se dispone, que siempre suelen ser de lo más sencillo. Si uno tiene tomates, pimiento, pan, aceite y vinagre, más agua fresca, no es raro que, en el asfixiante verano andaluz, termine haciendo un gazpacho. Por lo mismo, si estás haciendo masa para una torta fina de pan y tienes a mano pimiento, tomate, queso fresco, hierbas aromáticas etc. No hace falta tener la inventiva de Edison para que a alguien se le ocurra ponerlo todo sobre la torta y meterlo al horno. Yo creo que la mayoría de los platos de la cocina popular se han creado así, probando con lo que había. El que luego se hayan convertido en “clásicos populares” depende de la suerte que haya habido con la mezcla. Y con esta, con la pizza, el acierto fue total.

Desde el Mediterráneo
No está muy claro donde surgió. En el Mediterráneo hay una larga tradición de panes redondos, planos y finos, es decir, de bases de pizza. Ponerles algo encima, debió ser algo normal. En todo caso, se considera que la pizza, tal como la conocemos ahora, nació en Nápoles y casi se puede decir que con los colores, verde, blanco y rojo, de la bandera de Italia… y de la pizza Margarita. La más famosa de las pizzas fue creada en 1889 para honrar a la Reina Margarita de Saboya que visitaba la ciudad. El cocinero Raffaele Esposito, de la pizzería Brandi, henchido de ardor patriótico, preparó una base de pizza y dispuso sobre ella salsa de tomate (rojo),albahaca (verde) y mozarella (blanco): “ecco” la pizza Margarita o la bandera de Italia, según como se mire. La pizzería Brandi, todavía sigue abierta y despachando sus deliciosas pizzas.
En el siglo XIX, nada menos que cuatro millones de italianos emigraron a América, llevando con ellos su cocina y, por supuesto, la pizza, un alimento barato, nutritivo y delicioso. La mayoría de ellos fueron a buscarse a la vida a Estados Unidos y un grupo menor, pero también muy numeroso, a la Argentina: no hay más que ver los apellidos de los centenares de futbolistas que nos llegan de ese país. Quizá por eso –por la emigración, no por los futbolistas- Argentina y Estados Unidos son los dos países que han adoptado la pizza como algo propio y tienen versiones autóctonas que la diferencian de las mil variedades de la italiana. Hay que decir que, a pesar de que los inmigrantes llevaron la pizza a América hace dos siglos, la verdadera popularidad de este alimento llegó tras la segunda guerra mundial, cuando los soldados americanos que la habían probado en Italia regresaron a su país y la buscaron en los restaurantes de la colonia italiana. De ahí a los Pizza Hut, Domino’s, étc. había sólo un paso que la industria dio rápidamente con las desastrosas consecuencias gastronómicas que todos conocemos.
La pizza, con las hamburguesas o el pollo frito, se ha convertido en sinónimo de comida rápida o, dicho sin tantos reparos, comida basura, la “comida chatarra”, que dicen los argentinos, que, junto los italianos, tienen todavía la suerte de poder disfrutar de la pizza casera o, al menos, no industrial.

Las normas de la casa de la Pizza
Porque para comer pizza, con todas sus exquisitas variedades, hay que ir a Italia.
Y ya que estas allí, para no parecer más guiri de lo que delate tu acento, procura seguir estas normas:
  • Sólo se sirve pizza en las pizzerías. Los demás restaurantes, a no ser que sean turísticos, no la sirven. No se pide una porción de pizza o una pizza para compartir. Las pizzas que se toman en la pizzería, por grandes que sean, son para una persona. Sólo se pide una ración en los locales de Pizza al taglio. Es decir, de pizza al corte.
  • Por la misma razón, la pizza hay que comérsela entera. No es un plato light, pero ¿te dejarías media fabada?
  • Es de guiris pedir pizza a la boloñesa. La boloñesa es una salsa. Aunque existe el ragut a la boloñesa, es pecado ponerle carne a la pizza, salvo que antes se haya transfigurado en embutido o jamón.

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