30 de noviembre de 2011

Ensalada templada de vieiras

 ESPECIAL CENA DE NAVIDAD I  

















ingredientes
2 vieiras por comensal
Lechugas variadas
Granada
Piñones
Aceite
Vinagre
Pimentón
Limón
Perejil
Ajo

preparación
Ponemos las vieiras, sin la concha, en maceración con aceite, ajo y perejil (sin sal)
Desgranamos la granada.
Tostamos los piñones.
Hacemos una vinagreta con aceite, limón, sal y vinagre.
Montamos el plato poniendo la lechuga, la granada y los piñones. En el último momento, hacemos la vieiras a la plancha y las ponemos encima de las lechugas. Salseamos con la vinagreta, espolvoreamos con un poco de pimentón, ralladura de limón y sal Maldon encima de las vieiras.
Imprimir

Solomillo a baja cocción


















ingredientes
Solomillo de ternera
Aceite de oliva

elaboración
En una plancha doramos los medallones de solomillo de forma que tomen un bonito color por fuera y queden por dentro al punto que se desee.
bolsa para cocinar al vapor
Los ponemos con aceite de oliva, en una bolsa de cocina al vapor (Albal, por ejemplo) o en una fuente de cristal, cubiertos también de aceite.
Esta preparación la podemos hacer unos días antes del momento en que vayamos a consumir los solomillos, ya que el aceite los conserva muy bien.
Cuando vayamos a consumirlos los calentamos: el de la bolsa sumergiendo esta en agua caliente y el de la fuente en el horno. Ni el agua, ni la temperatura del horno, según el caso, deben superar los 60º. Se trata de calentarlos despacio y con tiempo de forma que el calor llegue al centro de cada solomillo.
Una vez calientes, los escurrimos y los ponemos en el plato, acompañándolos con la guarnición y la salsa que queramos (roquefort, pimienta, mostaza, etc.)
La baja cocción nos permite hacer con tiempo una cantidad grande de solomillos y luego darles el último punto un momento antes de sacarlos a la mesa. Con el método habitual, cuando son numerosas las personas que se sientan a la mesa, es probable que los primeros solomillos que se hayan hecho estén fríos al servirlos. Así, además, podemos estar más tiempo con nuestros invitados.

Canelones de chocolate



ingredientes
masa
40 g de cacao en polvo
250 ml de leche
2 huevos
100 g de harina
1 c.s. de azúcar glas
Una pizca de sal

relleno
40 g de nueces
40 g de avellana
50 g de mantequilla
100 g de chocolate negro
5 yemas
3 claras
125 g de azúcar avainillado
250 ml de nata
2 hojas de gelatina

salsa de moka
300 ml de leche
3 yemas
50 g de azúcar
1 sobre de nescafé

Chocolate blanco y negro para decorar.
Mantequilla para untar la sartén

elaboración
Ponemos los ingredientes de la masa en el vaso de la batidora, batimos y dejamos reposar durante media hora. En una sartén antiadherente que habremos untado con mantequilla, vamos haciendo las crepes, que apilaremos a un lado a la espera del montaje del plato.
Relleno: Montamos las claras. Montamos la nata, reservando un poco para desleír la gelatina. Troceamos los frutos secos. Derretimos el chocolate con la mantequilla. Batimos las yemas con el azúcar. Disolvemos la gelatina en un poco de nata caliente. Mezclamos todas las preparaciones con mucha suavidad y reservamos en la nevera para que enfríe.
Montamos la salsa de moka, batiendo los ingredientes al baño María. Hay que tener cuidado en retirar la salsa antes de que llegue a hervir, porque podría cortarse.
Para rellenar las crèpes las ponemos sobre una tabla, ponemos una porción generosa del relleno y enrollamos como si fuera un canelón. Cortamos los extremos.
Montaje, en la base del plato ponemos salsa de moka, encima el canelón y decoramos rallando sobre ellos chocolate blanco y negro.Imprimir

28 de noviembre de 2011

La Guía Michelin

Suele decirse que, en la guía Michelin, “son todos los que están, pero no están todos los que son”. Esta semana,a tiempo para las Navidades, ha salido la edición 2012 de la famosa Guía Roja y, para no faltar a la tradición, todos los críticos gastronómicos han echado de menos un montón de restaurantes entre los distinguidos con esa especie de oscars de la cocina que son las estrellas Michelin. Eso si, nadie suele discutir que los galardonados lo merezcan.
En Madrid, con miles de restaurantes, no hay ninguno que merezca tres estrellas para los anónimos inspectores de la guía y, sin embargo, debe ser la única gran capital en la que hay más locales con dos estrellas que con una. Y eso ocurre porque dos de los restaurantes que  ya tenían una, Diverxo y el Club Allard, han subido un escalón, mientras que La Broche ha salido de la lista por cierre. En Barcelona, se han quedado sólo con en un tres estrellas (Sant Pau, de Carme Ruscadella), aunque está en Sant Pol de mar, a 50 kilómetros de la capital catalana. El otro que las tenía, el Can Fabes, del desaparecido Santi Santamaría, ha sido degradado a dos. Como ha dicho alguien, Santamaría se ha llevado una estrella a donde quiera que esté. Así que, para comer en uno de esos templos de la gastronomía más excelsa hay que viajar a Sant Pol de Mar, a  San Sebastián, donde tienen para dar y tomar (Arzac, Berasategui y Subijana) o a Gerona, donde el  Celler de Can Roca sigue jugando en la primera división mundial de la gastronomía. Como dice la propia guía, un restaurante con tres estrellas Michelin, merece el viaje.
Mi bolsillo no me da, ni de lejos, para ser asidua de estos sitios, pero tengo que reconocer que alguna vez que otra me doy un homenaje y como en uno de ellos. En general , siempre he salido encantada. Un restaurante que ha merecido una estrella en la Guía Michelin tiene un nivel altísimo en la cocina, pero también en el servicio y en la decoración, que no suele ser lujosa, pero si exquisita. La cuenta está a tono, (con vino, suele acercarse a los 100 euros) pero os aseguro que no parece tan alta cuando se acaban de comer las cosas tan extraordinarias que sacan a la mesa. 
De Diverxo recuerdo la increíble sutileza de sus platos, siempre inspirados en la cocida asiática. La sopa fría de coco verde y macadamia  que abría el menú degustación era increíble y ninguno de los platos que siguieron bajaba de nivel. En Coque, una estrella Michelin en Humanes, el menú degustación no se acaba nunca, pero tampoco quieres que llegue el fin, Las infinitas elaboraciones y combinaciones con las verduras de Rodrigo de la Calle, en Aranjuez, (lo llaman gastrobotánica) sólo tienen igual en el vecino, Casa José, que, sin hacer ruido,  defiende su estrella Michelin desde hace casi 20 años. Y todavía recuerdo cómo salí deslumbrada del Atrio de Cáceres donde cené hace ya demasiados años. O de Casa Marcelo, donde consiguen que parezca que los platos que sacan a la mesa no han sido cocinados, a pesar de que ves cómo lo hacen porque la cocina está en el centro del local.
Yo os aconsejo que, si no lo habéis hecho, probéis algúna vez. Pedid el menú degustación y seguro que encontráis más de un motivo para salir felices. ¡Ojo! deben abstenerse los que creen que un bufé libre donde, por pocos euros,  puedes comer hasta reventar es el no va más de la gastronomía. No lo recomiendo tampoco a los que creen que la pista infalible es que se vean muchos camiones a la puerta, como en esos restaurantes de carretera. Eso es otra cosa. 
Por si os animáis, esta es la lista de restaurantes con estrella Michelin en la Comunidad de Madrid y sus alrededores:
Dos estrellasSantceloni, La terraza del Casino, Sergi Arola Gastro, Ramon FreixaMadrid, Diverxo, Club Allard.
Una estrella: Zalacaín, Kabuki Wellington, Kabuki, Coque (Humanes  de Madrid), Casa José (Aranjuez) Rodrigo de la Calle (Aranjuez).

Guía Metrópoli

También ha salido estos días La Guía Metrópoli-Comer y beber en Madrid 2012. Es una guía muy amplia, casi exhaustiva, que abarca muchos campos relacionados con la comida y la bebida, pero, quizá por ello, puede que sea un poco menos rigurosa que otras en sus valoraciones.
Además de restaurantes, en la Guía Metrópoli se puede encontrar una selección bastante acertada de bares de tapas, vinotecas, tabernas, tiendas gourmet , etc. Con un índice de materias tan amplio es fácil que se quede fuera alguna dirección interesante, pero cabe decir lo que señalaba a propósito de la guía Michelin: que aunque no esté todas los que son, si son todas los que están.
En general, Metrópoli coincide en destacar los restaurantes a los que Michelin da estrellas, pero  además valora otros que no aparecen en la guía francesa. Es el caso de Piñera, Viridiana, La Manduca de Azagra o Viavélez, por citar algunos.
Un aspecto muy útil de esta guía es su índice temático, en el que puedes encontrar, por ejemplo, los mejores sitios para tomar tortilla de patatas, fabada o croquetas. O dónde se puede comer tumbado o echar una partida de cartas después del café (Hay algunos sitios ilustres que lo permiten)
En definitiva, una guía amplia y de gran utilidad en la que se pueden encontrar direcciones de lo más diverso, siempre relacionadas con el buen comer y beber. Su precio no es muy alto: 11,90 euros.

22 de noviembre de 2011

Cucharita de foie y kikos

 ESPECIAL NAVIDAD I APERITIVOS 



ingredientes
Micuit
Kikos
Vinagre de Módena

elaboración
En una sartén reducimos el vinagre y lo dejamos enfriar. Trituramos los kikos.
En una cucharadita de degustación, ponemos un trozo de micuit, encima los kikos triturados y un cordón de la reducción de vinagre.
Imprimir

Patatitas con confit


ingredientes
1 muslo de pato en confit
12 patatas pequeñitas
Laurel y sal

elaboración
Vaciamos las patatas y las rellenamos con confit, picado. Las ponemos en la vaporera, en la que habremos puesto debajo agua con laurel y sal. También podríamos cocer la patata, vaciarla con un sacabolas y después rellenarla con el confit de pato.
Imprimir

Tartaletas de puerro y morcilla

ingredientes
Puerro
Morcilla
Aceite
Pan de molde

elaboración
Estiramos el pan con el rodillo. Podemos añadirle especias (orégano, tomillo, pimienta, tomate seco, aceitunas negras…) de forma que queden incrustadas al pasar el rodillo por encima del pan.
Forramos la tartaleta con el pan estirado y horneamos a 190º hasta que coge un poco de color. (Conviene poner algún peso sobre el pan, con unos pocos garbanzos, por ejemplo, para que se quede bien en el fondo) Rehogamos el puerro en aceite, añadimos la morcilla desmenuzada y con esta fritada rellenamos las tartaletas a las que, lógicamente habremos quitado el peso si se lo hubiéramos puesto.
Imprimir

Cucuruchos de marisco

ingredientes
Hojas de brik
Marisco cocido
Mayonesa
Lechuga

preparación
Partimos la hoja de brik por la mitad, la enrollamos como un cucurucho y envolvemos con ella un cono de acero para que mantenga la forma mientras horneamos a 170º durante unos 15 minutos. Cuando enfríe, rellenamos con el marisco, la mayonesa y la lechuga.
Imprimir

Bombones de roquefort y nueces

















ingredientes
150 g de roquefort
50 g de mantequilla
Unas gotas de whisky
50 g de nueces picadas

elaboración
Aplastamos el roquefort con la mantequilla y el whisky. Hacemos unas bolitas que pasamos por las nueces picadas. Enfriamos.
Podemos poner cada bolita con un palo a modo de chupa chups. 
Imprimir

Tostaditas de chistorra

ingredientes
1 barra de pan
Chistorra

elaboración
Desmenuzamos la chistorra y cortamos el pan en rebanaditas. Colocamos la chistorra sobre el pan (podríamos poner también un poco de queso Idiazabal). Horneamos a 180º hasta que vemos que están tostadas.
Imprimir

Milhojas de philo y kataifi

ingredientes
Pasta philo
Kataifi
Berenjena

elaboración
Se ponen dos hojas untadas con aceite de girasol una encima de otra. Repetimos esta operación con otras dos hojas y sobre ellas ponemos el kataifi.
Freímos berenjena picada para el relleno.
Montamos la milhoja, de forma que quede philo abajo, encima el relleno y encima philo+kataifi.
Imprimir

Jamón con crema de dátiles



 








ingredientes
Jamón en lonchas
Dátiles
Pan de molde
Un poco de aceite

elaboración
Cocemos los dátiles en agua y los trituramos. Untamos esta pasta en pan de molde y ponemos el jamón encima. Cerramos con otra rebanada de pan, haciendo un sándwich.
Cortamos en triángulos y los hacemos a la plancha con un poco de aceite.
Imprimir

20 de noviembre de 2011

Guía para cocineros ecologistas

 

¿Se puede trabajar por el medio ambiente desde la cocina? No parece el sitio más indicado, pero, si seguís leyendo veréis que se pueden hacer muchas cosas.  Cada ingrediente del plato que cocinamos y después comemos ha dejado su huella ecológica o, más concretamente, su huella de carbono, ese CO2 que es el principal gas causante del efecto invernadero.
Para producir, por ejemplo, un kilo de zanahorias se habrá tenido que arar la tierra con un tractor que consume gasóleo, se habrá abonado con productos químicos, que suponen también un consumo de derivados del petróleo, después se tendrá que transportar a los centros de consumo y deberá ser cocinado, siempre con el gasto correspondiente de energía que, en muchos casos, se produce a partir del petróleo y, por tanto, contamina. Si, además, se nos vende, por ejemplo, como caldo de zanahoria, se habrá consumido más energía, lo que también habrá ocurrido para fabricar el envase, el brik, en el que luego se va a vender. Y lo mismo ocurre con todo lo que comemos: para producirlo casi siempre se contamina. Se calcula que la alimentación produce el 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero Esas emisiones de CO2 se pueden medir con más o menos precisión para saber cuál es la huella ecológica de cada producto.
Algunos supermercados han empezado a etiquetar sus productos, no todos, indicando la huella de carbono que dejan. En Inglaterra lo hacen los supermercados de la cadena Tesco, la principal del país.
Si miráis la fotografía, podréis ver que para producir y poner en los estantes de sus tiendas una pinta (algo más de medio litro) de leche semidesnatada se han emitido a la atmósfera 800 gramos de CO2. Parece poca cosa, pero si multiplicamos estos 800 gramos por los miles de millones de litros de leche que se consumen cada día en el mundo nos sale una nube negra gigantesca. Y eso ocurre con todos los alimentos. Por ello, si cada uno intentáramos consumir lo que menos contamina, el paso sería grande.
En España, como en casi todas partes, todavía no se han popularizado estas etiquetas que señalan la huella de carbono, (algo se empieza a hacer en Andalucía) pero si hay algunas pautas a la hora de elegir lo que comemos que nos permitirán consumir de forma más ecológica. Básicamente, deberíamos preferir los alimentos que se producen cerca a los que vienen de lejos (hay menos emisiones en el transporte); los productos frescos a los elaborados (la elaboración y conservación o refrigeración de los alimentos suponen emisiones de CO2); los menos empaquetados (el embalaje o empaquetado produce residuos no orgánicos, más difíciles de eliminar); los productos de temporada (si comemos melones en enero, o vienen de América o se producen en invernadero, en ambos casos hay más emisiones contaminantes). Y por supuesto, los productos procedentes de agricultura o ganadería ecológicas (en esto sí hay etiquetas) se obtienen con muchas menos emisiones: se calcula que la mitad.
Se podrían tener en cuenta muchas más cosas. Por ejemplo, que para producir una proteína de carne se consume 8 veces más energía que para una proteína de origen vegetal. O que no es lo mismo dónde  compramos. Si vamos al mercado del barrio seguro que podemos ir andando y por tanto contaminamos menos. Incluso hay un estudio muy curioso que señala que comprar en un hiper es más contaminante que hacerlo por internet, porque al hiper va cada uno en su coche particular mientras que el reparto de los pedidos de una gran superficie se hace en una sola furgoneta para muchos clientes.
Pero no hay que ser tan estrictos como para ir a la compra con una guía de la huella de carbono de cada alimento y una calculadora. Basta con que procuremos elegir alimentos frescos y de temporada, de zonas cercanas, consumir más cantidad de frutas, verduras y cereales que carnes y, en lo posible, que sean orgánicos ya que aseguran que se siguieron ciertas pautas de cultivo que cuidan el medio ambiente.
Por cierto, haciendo clic aquí, podréis calcular vuestra huella ecológica. No es muy científico, pero vale para hacerse una idea de hasta qué punto contribuimos al efecto invernadero.
Y aquí os podéis descargar un extraordinario documental "Food Inc." que denuncia como ciertas formas de producir y elaborar alimentos pueden resultar desastrosas para el medio ambiente.

15 de noviembre de 2011

Ibérico con puré de castañas

 














ingredientes
Jamón ibérico
Castañas cocidas en dulce

elaboración
Trituramos las castañas. Sobre tapitas de jamón ponemos la crema de castañas y cerramos, haciendo un pequeño paquete.
Colocamos los paquetes en una fuente al horno y gratinamos durante 2 minutos.
Imprimir

Crema de grelos y castañas

 















ingredientes
250 g de castañas cocidas
800 g de grelos
1 litro de caldo de verduras

elaboración
Ponemos a hervir agua con sal, añadimos las hojas de los grelos, dejamos que vuelva a hervir, escurrimos y ponemos las hojas en agua con hielo.
Trituramos el caldo junto con los grelos y las castañas.
Servimos muy caliente.
Imprimir

Jarrete con castañas


ingredientes
1 kg de morcillo (jarrete)
120 g de cebolla
100 g de puerros
150 g de zanahoria
3 dientes de ajo
½ litro de Ribeiro
Aceite, perejil, sal y pimienta
Castañas peladas y cocidas

elaboración
Maceramos el jarrete (al menos durante 8 horas) con todas las verduras picadas y el vino.
Doramos el jarrete en el aceite y le añadimos la maceración. Cocemos lentamente durante 3 horas o 40 minutos si lo hacemos con la olla exprés. Cuando esté tierno, añadimos las castañas y cocemos un par de minutos.
Pasamos la salsa por la batidora y decoramos con aceite de cebollino
Imprimir

Mouse de castañas y chocolate


 














ingredientes
300 g de chocolate
6 huevos
150 g de azúcar
200 ml de nata
300 g de puré de castañas dulces
3 hojas de gelatina

elaboración
Batimos las yemas con el azúcar, incorporamos la nata con el chocolate, desleímos las hojas de gelatina remojadas en un poco de nata caliente y lo incorporamos junto con el puré de castañas dulce. Por último, mezclamos con claras batidas a punto de nieve. Rellenamos unos moldecitos o bien unas copas y enfriamos.
Imprimir

14 de noviembre de 2011

Magosto
















Este año, la fecha del magosto ha sido especial: 11-11-11. Aunque puede celebrarse unos días antes o después, la fecha clave es el 11 de noviembre, día de San Martín. El magosto es la fiesta de la castaña. Se celebra en Galicia y comarcas limítrofes como el Bierzo leonés, el noroeste de Zamora o el poniente asturiano. En esas fechas, ya se ha terminado la cosecha de castañas y se celebra haciendo una gran hoguera y asándolas en ella. Como también son fechas de matanza (a todo cerdo le llega su San Martín) y el vino de la uva que se vendimió en septiembre ya está hecho, no puede ser mejor momento para reunirse a comer, beber, cantar y bailar.
Es una fiesta muy popular, casi de obligado cumplimiento. Antiguamente se decía que quien no asistía, corría el riesgo de perder la razón. En los pueblos se suele celebrar en los atrios de las iglesias o en las plazas. Antes, tenían lugar en un claro del monte, pero en Galicia conviene no tentar al fuego en medio del bosque. En el lugar elegido, se hace una gran hoguera, y sobre sus brasas se deposita una chapa agujerada donde se ponen a asar las castañas. Ojo, conviene hacer un corte en cada castaña, o en caso contrario estallan y se convierten en pequeños proyectiles.
Después los jóvenes saltan sobre el fuego y se tiznan las manos con los tizones ya apagados para ensuciar con ellas la cara del vecino.
La castaña ha tenido siempre una gran importancia en el noroeste español. Durante siglos las castañas constituyeron el alimento básico en estas zonas, hasta  que fueron sustituidas por el maíz y las patatas, traídas de América. De hecho, el relevo tardo en producirse.
No empezó hasta mediados del Siglo XIX, cuando la burguesía  pasó a considerar las castañas un alimento impropio de su categoría. Ahora sin embargo se considera distinguida una de las formas más exquisitas de elaboración y conservación: el Marrón Glacé, es decir la castaña confitada y glaseada.
Sin duda es un dulce extraordinario, pero no creo yo que compita con ventaja con las castañas asadas que, al llegar esta época del año, podemos comprar todavía en las calles de algunas ciudades. Cada vez son menos las castañeras y algún día terminarán desapareciendo por la aplicación estricta de una ordenanza municipal contra los humos, pero quién no tiene un ataque de nostalgia si, al volver una esquina, le llega ese olor a castaña asada humeante.
¡Deme un cucurucho, por favor, que además tengo las manos heladas!
Imprimir

9 de noviembre de 2011

Morro en gabardina















ingredientes
1 morro de ternera
1 puerro
1 zanahoria
Laurel, sal y pimienta 

Para la gabardina
250 g de harina
1 sobre de levadura
100 ml de cerveza
1 chorrito de aceite
3 yemas
3 claras a punto de nieve 

Aceite para freír
Palos de brocheta

elaboración
Ponemos a hervir el agua con un poco de sal y cuando esté hirviendo fuerte añadimos el morro. Dejamos que vuelva a hervir y, cuando esto suceda, apartamos el morro y lo refrescamos con agua fría.
Lo partimos en trocitos pequeños y lo ponemos en una olla a presión junto con las verduras, el laurel, la sal y la pimienta, todo cubierto de agua. Cocemos entre 20 y 30 minutos, hasta que esté tierno, y escurrimos.
Mezclamos los ingredientes de la gabardina, .dejando las claras para el final. Pinchamos cada trocito de morro en un palito de brocheta, dejándolo en la punta, lo pasamos por la masa de la gabardina y freímos.
Imprimir