10 de abril de 2018

Inspiración y desastres en la cocina

Ningún cocinero es totalmente original. Ni genios como Ferran Adriá o Paul Bocusse hubieran llegado a nada si detrás no hubieran tenido un sólido dominio de los fundamentos de la cocina. Pero tampoco hubieran triunfado si no estuvieran atentos a lo que se está haciendo en otros sitios. Todos, en cierta forma, copian o, para decirlo más suave, se inspiran en lo que hacen los demás. Su genialidad consiste muchas veces en aportar su toque personal a platos técnicas que prueban aquí o allá y que, con su interpretación personal, salen transformadas en otro plato. No hay más que recordar la tortilla deconstruida de Adriá.
Modestamente, cuando preparo los programas para nuestras clases, yo hago lo mismo: beber de muchas fuentes distintas.
Para mí, lo más interesante son los cursos y clases magistrales de grandes cocineros a las que trato de asistir siempre que puedo. Todavía recuerdo con admiración una del desaparecido Santi Santamaría, en la que me di cuenta de la sutileza y la sofisticación que puede incorporar la cocina aparentemente más sencilla. La pena es que son caros y, aunque, a veces, voy invitada, no siempre son compatibles ni con mi bolsillo, ni con mi tiempo.
Es de estos cursos de donde saco las mejores ideas y las más nuevas para nuestras clases. Son una suerte de puesta al día con las propuestas más originales e interesantes.
Naturalmente, me nutro de muchas más fuentes: los libros de cocina (más de 200 volúmenes), los apuntes (más de 3000 recetas) que he recogido a lo largo de los años y que guardo en hermosos cuadernos; lo que como en restaurantes y bares y, por supuesto, Internet, ese pozo sin fondo que, Google mediante, pone en nuestras manos, sólo con un clic, toda la sabiduría culinaria.
Como digo, todos, hasta lo más grandes, se inspiran en los demás.
Esta semana, vamos a hace un mini huerto. No recuerdo de dónde saqué la idea, pero, buscando en internet, me encontré con que dos maestros de la cocina, Joan Roca y Paco Roncero ya la habían realizado y la habían mostrado en sendos vídeos de realización muy cuidada. Seguramente, la idea original tampoco fue suya, pero ellos añaden su toque personal, como puede verse en estos vídeos.

Yo he adaptado la idea a nuestras posibilidades y creo que la cosa no va a quedar mal. Porque, no siempre nuestras intenciones y nuestro esfuerzo dan los resultados apetecidos. Hace ya tiempo, El Comidista publicó una serie de fotos de recetas elaboradas, que muestran el original al que se intentaba imitar y el increíble resultado final que nos hace reír, pero posiblemente provocó las lágrimas de sus autores. ¿o debemos decir perpetradores? Lo podéis ver aquí.
Yo, como es mi costumbre, he ensayado el plato. El resultado lo podréis ver mañana, cuando publique el menú con sus fotos en este blog.

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