23 de abril de 2014

Flash















FLASHPACHO
ingredientes
1,5 kg de tomates maduros
3 pimientos verdes
2 dientes de ajo
1 pepino
aceite
vinagre y sal
pan duro

preparación
Remojamos el pan en agua. Ponemos todos los ingredientes en el vaso de la batidora y trituramos. Le añadimos un poco de agua y pasamos por el chino. Enfriamos.

GAZPACHO DE AGUACATE
ingredientes
3 aguacates
1 pimiento verde
cebollino picado o verde de cebolleta
1 ajo
½ pepino
un trozo pequeño de pan duro remojado
aceite
vinagre
zumo de limón
agua y sal

preparación
Trituramos con la batidora y, si es necesario, lo pasamos por el chino.

VICHYSSOISE
ingredientes
3 puerros (300 g de blanco)
1 cebolla
1 c.s. de mantequilla
2 patatas
¾ litro de caldo de verduras
150 ml de nata
aceite de oliva

preparación
En la mantequilla, con un poco de aceite rehogamos el puerro, la cebolla y la patata (que no tome color) Añadimos el caldo, salpimentamos y cocemos. Trituramos y enfriamos. Añadimos la nata.
Para estas presentaciones necesitamos una selladora de bolsas, para envasar en ellas sopas veraniegas y congelar como si fueran los populares flash

Cocina con el lavavajillas














COUS COUS
ingredientes
Cous cous
caldo
vegetales (zanahorias, judías verdes, puerro, calabacín…)
aceite

preparación
Cortamos la verdura en brunoise muy menuda. En un tarro que se pueda cerrar herméticamente ponemos una tacita de cous cous, otra de caldo, unas cucharadas de vegetales salteados, sal y un buen chorro de aceite. Cerramos el tarro y al lavaplatos.

LOMO DE MERLUZA
En una bolsa hermética ponemos el lomo de pescado con aceite y salpimentado, le añadimos las hierbas que queramos, cerramos la bolsa y al lavaplatos.





HUEVO CON ACEITE DE TRUFA
Ponemos en un tarro el huevo con un poco de aceite de trufa y unas láminas encima. Cerramos y al lavaplatos.






GAMBAS O LANGOSTINOS
En una bolsa, colocamos las gambas peladas, pimiento verde, cebolleta, zanahoria, ½ tomate cherry, aceite, sal y vinagre. Cerramos herméticamente y al lavaplatos.
Cuando los saquemos, debemos enfriar.


Todos estos platos los vamos a “cocinar” en el lavavajillas con un programa de 65º, durante una hora. Para no malgastar energía, conviene hacerlo al tiempo que lavamos los platos sucios.
Imprimir

Bizcocho de emergencia

















ingredientes
125 g de margarina
110 g de harina
5 g de levadura Royal
2 huevos
100 g de azúcar
ralladura de limón

preparación
Batimos el azúcar con la margarina, sin dejar de batir, incorporamos los huevos y, por último, la harina, la levadura y la ralladura de limón.
Mojamos un papel de horno y forramos con él un molde de plástico. Echamos la masa y ponemos en el microondas a máxima potencia durante seis minutos.
Cuando lo saquemos, espolvoreamos con azúcar glas.Imprimir

22 de abril de 2014

PROGRAMA 3º TRIMESTRE (II)

01 Alucina, vecina
     Flashpacho
     Cocinamos con el lavavajillas
     Bizcocho de emergencia


02 Pasta pesto veraniega
    Tortilla Arnold Bennet
    Dulce de piña colada con su espuma


03 Sopa de melón
    Terrina de ternera y ciruelas
    Babaroise de café con helado


04 Patés veraniegos
    Timbal de albóndigas
    Cheescake de mango


05 Cocina peruana
    (con Marga Latorre)


06 Especial ensaladas

Imprimir

9 de abril de 2014

Ensalada de potaje

















ingredientes
espinacas
lascas de bacalao (desalado o ahumado)
pan frito
huevos duros

Humus
1 bote de garbanzos cocidos (400 g)
1 diente de ajo
2 c.s.de tahine (puré de sésamo triturado)
ralladura y zumo de lima
1 c.c. comino en polvo
1 c.s. de aceite de oliva
½ vado de agua
pimentón y aceite de oliva para poner encima una vez hecho

Vinagreta
aceite de oliva
vinagre
sal y azafrán

Aceite de perejil
perejil y aceite

preparación
Para hacer el humus, trituramos con la batidora todos los ingredientes, dejándolo más bien espesito.
Freímos unos trocitos de pan duro.
Cocemos los huevos.
Trituramos perejil en aceite de oliva.
En cada plato montamos las ensaladas poniendo todos los ingredientes de forma “dispersa”.
Tiene que tener un aspecto vistoso.
Imprimir

Coulibiac

















ingredientes

½ kg de hojaldre
400 g de espinacas
250 g de arroz
½ kg de salmón sin piel ni espinas
1 huevo

preparación
Cocemos el arroz en agua y sal.
Cocemos las espinacas.

Estiramos la mitad del hojaldre y colocamos encima el trozo de salmón.













Sobre el salmón, colocamos un cordón de arroz.













Y sobre el arroz, las espinacas.














Doblamos el hojaldre por el centro, haciendo coincidir los extremos, de manera que el salmón, el arroz y las espinacas queden cubiertos.













Hacemos un paquete y pintamos con huevo batido. Horneamos a 220º durante 30 minutos, dependiendo del grosor del pescado.Imprimir

Torrijas

















ingredientes

una barra de pan de la víspera
1 litro de leche entera
8 cucharadas de azúcar
limón
huevo
aceite para freír

elaboración
Se corta el pan a rebanadas y se pone en una fuente honda. Hervimos la leche con el azúcar y la piel del limón. La vertemos sobre el pan y dejamos reposar durante una hora.
Batimos el huevo y vamos rebozando en él las torrijas, que freímos a continuación.
Una vez hechas las cubrimos con almíbar (igual cantidad de agua que de azúcar, cinco minutos hirviendo)

8 de abril de 2014

Torrijas

















No comer torrijas en Semana Santa debería ser pecado mortal sin absolución posible. Todos los ayunos y abstinencias, que antiguamente se asociaban a la Cuaresma católica, se daban por buenos si llegados los días más solemnes salían a la mesa las mentadas torrijas. Cuando este verano, en Marruecos, coincidí con el Ramadán, me pareció que esto era lo que pasaba al ver las exuberantes bandejas de dulces fritos y azucarados, listos para ser consumidos con avidez en cuanto el sol se pusiera. No sé si en Marruecos hay torrijas o algo similar, pero en los países europeos hay mil ejemplos de este sabio aprovechamiento del pan del día anterior. Los franceses lo llaman, gráficamente, “pain perdu”: pan perdido. Perdido y hallado, porque no me digáis que no es un verdadero hallazgo empapar el pan en leche perfumada con vainilla, rebozarla en huevo y freírla. Bueno, los franceses usan mantequilla y como antes han pasado las torrijas por azúcar, les salen con una fina y crujiente costra costra de caramelo. Los ingleses reconocen la excelencia de esta receta y a su torrija la llaman “french toast”, que los americanos toman, sobre todo, el día de San Valentín, porque la consideran dulce de enamorados.
En Argentina o Cuba es la torreja, que sin duda llevaron allí los emigrantes gallegos. En Portugal y Brasil se les llama "rabanadas” y son un dulce típico de la Nochebuena. En el norte del país vecino se las empapa en vinho verde branco, ese caldo pálido y sin grado que tanto gusta a los turistas españoles.
En Alemania reciben el nombre de “arme ritter” (caballeros pobres) y en Inglaterra “poor knights of Windsor” (pobres caballeros de Windsor). Incluso en Rusia hacen torrijas como las que elaboramos hace dos semanas en nuestra cocina. Al final, con diferentes nombres y ligeras variantes en la receta, la torrija está en la gastronomía de muchos países.
Todas son deliciosas, pero a mí, la española me sigue pareciendo una de los mejores. Quizá porque se suele freír con nuestro extraordinario aceite de oliva. Debió ser ese sabor especial de los fritos en aceite lo que hizo que al crítico de The New York Times la torrija le recordara al churro: “Tan jugosa como un budín de buen pan, casi tan rica como un flan, tan crujiente como un churro”, escribió sorprendido.
No he encontrado datos de su aparición en las mesas españolas. Seguramente, como tantos otros platos clásicos, la torrija fue la decantación de sencillas elaboraciones domésticas que tenían como finalidad aprovechar un alimento casi sagrado como el pan. Lo que si parece es que fue muy popular en el siglo XIX, y que no estaba ligada a la Semana Santa, sino que solía ser un postre de fiesta: las familias guardaban el pan que sobraba en días precedentes y con él elaboraban torrijas para cerrar en dulce las comidas de una mayor solemnidad. También se vendían en las tabernas. Según Antonio Díaz Cañabate, las mejores eran las de la Taberna de Antonio Sánchez, la más antigua de las que siguen funcionando en Madrid. Tenían tal fama que llegaron a venderse más de dos mil diarias.
No creo que vendan tantas en Sylkar donde dicen que hacen ahora las mejores torrijas de Madrid.
Imprimir

2 de abril de 2014

Espinacas con garbanzos



ingredientes
1 kg de espinacas frescas
1 bote de cristal de garbanzos cocidos
2 dientes de ajo
Comino
Pimentón
Vinagre
Aceite
2 rebanadas de pan duro


elaboración
Si las espinacas son grandes, las cocemos y las escurrimos bien. Si son pequeñas, bastará con rehogarlas.
En una sartén con bastante aceite, freímos el pan y los dientes de ajo enteros. Una vez fritos, sacamos a un mortero el pan y los ajos. Majamos y añadimos comino, sal, pimentón y un chorrito de vinagre.
En la sartén, rehogamos las espinacas, las echamos directamente a la sartén (bien cocidas o crudas, como comentamos al principio), con garbanzos escurridos y añadimos el contenido del mortero. Se acompañan con unos picatostes de pan frito.
Imprimir

Nidos de bacalao



ingredientes
2 patatas grandes
2 cebollas
400 g de bacalao
8 huevos de codorniz
Perejil
Aceitunas negras
Aceite para freír
(cantidades para ocho nidos)

elaboración
Se cortan las patatas en juliana fina, a ser posible con una mandolina. Se ponen en agua fría, que vamos cambiando hasta que salga limpia. Se envuelven con un trapo y se aprieta para que escurran bien todo el agua. Con un puñadito, rellenamos un molde de nido* y freímos hasta que tengamos los moldes deseados.
Desmenuzamos el bacalao desalado, rehogamos y reservamos.
Picamos la cebolla menudita y rehogamos también.
Freímos los huevos.
En cada nido colocamos cebolla, bacalao y huevo frito, espolvoreamos con perejil, y añadimos una aceituna negra.
Como se ve el nido de bacalao viene a ser otra forma de presentar el Bacalhau a Braz, que ya hicimos en otra ocasión.

* el molde del nido consiste en dos cazos de alambre del  mismo tamaño que encajan uno en el otro.

En uno de los cazos se ponen las patatas cortadas en juliana muy fina, como para patatas paja, formando con ellas un pequeño nido.
A continuación, se encaja sobre ellas el segundo cazo, presionando sobre las patatas, y se sumerje en abundante aceite.




Se conseguirá un nido como este, que después se rellena con el resto de los ingredientes, antes de servir.
Imprimir

Pasteles de Belém (Pastéis de Belém)


ingredientes
Hojaldre
Mantequilla

Relleno:
250 ml de nata
15 g de harina
4 yemas
100 g de azúcar
Ralladura de limón

elaboración
Estiramos el hojaldre formando un rectángulo, lo pintamos con mantequilla y lo enrollamos (como enrollaríamos una alfombra) Dejamos reposar la masa en la nevera durante 12 horas.
Cortamos el cilindro de masa en rodajas de unos dos centímetros de grueso. Las colocamos en los moldes y las ajustamos al borde ayudándonos con los dedos pulgares que habremos mojado en agua. Debemos hacerlo de manera que quede un hueco para la crema.
Con los ingredientes del relleno hacemos una crema al baño maría y rellenamos los moldes.
Horneamos a 220º hasta que estén dorados.
Imprimir

31 de marzo de 2014

Bacalao

















No hay alimento más cuaresmal que el bacalao. Su aspecto seco, austero e incluso adusto, casa perfectamente con ese tiempo de penitencia que para los católicos precede a la Pascua. Parece inventado para cumplir con el precepto de abstinencia de comer carne que rige en ese periodo. En tiempos fue un alimento barato y popular, lo que explica que pudiera añadirse a todos los potajes que tenían vetada la carne. Las tiendas de ultramarinos solían tener enormes pilas de bacalao que el tendero troceaba hábilmente usando la “bacaladera”. Incluso colgaban algunas de las piezas más hermosas en la puerta para anunciar el género. Como digo, era un alimento humilde para tiempos de escasez y, quizá por eso, cuando las cosas mejoraron, su consumo se redujo notablemente hasta el punto de que casi desapareció de los comercios. Desapareció, para volver tiempo después con muchas ínfulas, casi convertido en un producto gourmet: en las ciudades empezaron a aparecer “Casas del bacalao” e incluso boutiques y los precios se subieron por las nubes. También mejoró mucho el producto y volvió a las mesas más ilustres con todos los honores. Aunque se produce en Noruega y Terranova, los grandes consumidores de este producto en salazón somos los habitantes de la Península Ibérica, especialmente los portugueses, de cuya cocina se dice que consiste en 365 maneras distintas de preparar el bacalao: una para cada día del año. En los mercados tradicionales de Portugal es habitual encontrar un departamento dedicado exclusivamente al Bacalao y en sus ciudades en fácil dar con tiendas que se dedican exclusivamente a su venta. Allí las amas de casa lusitanas se provén del ingrediente rey para preparar esos estupendos “bacalhaus” a Braz, as Natas, a la Gómes de Sa… O al modo de Setúbal. No hay que olvidar que la patria chica de Mouriño hizo su riqueza salando los bacalhaus que llegaban de Terranova.

En España, el dato más antiguo de la captura de bacalao es de 1345, cuando se firma un tratado entre los Reyes de Inglaterra y España que autorizaba a los pescadores de Vizcaya a faenar en las costas de Bretaña previo pago de unas tasas. Desde entonces, los pescadores vascos abastecieron a todo España de ese bacalao que es la base de algunos de los platos más deliciosos de nuestra cocina. Se hace la boca agua sólo con citarlos: Bacalao al pil-pil, al ajo arriero, a la riojana, con sanfaina, o en el ya citado potaje de cuaresma. Por no hablar de la jugosa tortilla, la humeante porrusalda, la sabrosa empanada o los buñuelos, todos de bacalao.
O el bacalao a la bilbaína. En 1835, un comerciante de Bilbao que se llamaba José María Guturbay, encargó a una compañía inglesa 100 o 120 piezas de bacalao. La orden, que se trasmitió por telégrafo óptico (el eléctrico todavía no se usaba), no distinguió entre la o y el cero: "Envíenme primer barco que toque puerto de Bilbao 100o120 bacaladas primera superior". Y los proveedores ingleses hicieron llegar puntualmente al puerto de la capital vizcaína 1.000.120 hermosas bacaladas, que pusieron al asombrado Guturbay al borde del infarto. Era hombre de palabra y aceptó el pedido, consciente de que se estaba labrando la ruina porque no sería capaz de venderlo. Pero la suerte y los carlistas vinieron en su ayuda. Por esos días, la facción carlista del general Zumalacárregui puso cerco a Bilbao, y nuestro amigo Guturbay vio el cielo abierto: mientras duró el sitio y escaseaban los alimentos, vendió, seguro que a buen precio, su pedido y se hizo inmensamente rico. Hay quien duda razonablemente de que, a pesar de su reconocido buen saque, los 20.000 habitantes que por entonces tendría Bilbao fueran capaces de comerse todo el cargamento en los dos meses que pasaron hasta que Espartero rompió el cerco. Lo que si es cierto es que aquel humilde comerciante se hizo inmensamente rico y pudo invertir en el prometedor negocio del ferrocarril o en el todavía más seguro de la banca: fue uno de los fundadores del Banco de Bilbao. El y sus hijos fueron también gente generosa. Por ejemplo, donaron los terrenos sobre los que se asienta el hospital de Basurto. Cuando en 2007 se cumplieron 110 años del comienzo de las obras, un periódico vasco no dudo en llamarlo “El hospital del bacalao”.
Todo un negocio esto del bacalao. Y si no, que se lo digan a Casa Labra, la centenaria taberna de la madrileña calle de Tetuán que siempre está llena de clientes, atraídos como por un imán, con el reclamo de esas sabrosas tajadas de bacalao rebozado, que, a cada rato, aparecen recién hechas en rebosantes bandejas, que al momento quedan vacías. Imprimir

26 de marzo de 2014

Limones al horno

















ingredientes

Limones
anchoas
mozzarella fresca en bolas
tomates cherry
albahaca
pan

preparación
Lavamos bien los limones, los partimos por la mitad y hacemos una base para que tengan asiento.







Los vaciamos y tapizamos el interior con hojas de albahaca.








Ponemos mozzarella, una anchoa, el tomate cherry partido por la mitad y más mozarella.
Horneamos a 200º de 10 a 12 minutos.
Acompañamos de pan tostado.Imprimir

Bacalao en hojaldre con salsa de piquillos


















ingredientes
3 tajadas de bacalao
½ kg de hojaldre,
400 g de espinacas
50 g de piñones
50 g de pasas
aceite
1 huevo
queso rulo de cabra

Salsa de piquillos
1 cebolleta
8 pimientos de piquillo
 de 80 a 100 g de nata
1 c.s. de ron
3 c.s. de aceite
sal y pimienta

preparación
Cocemos las espinacas y las escurrimos bien. En una sartén con aceite, salteamos las pasas y los piñones. Cuando empiezan a tomar color, añadimos las espinacas.
Cortamos el pescado en pequeñas porciones y el hojaldre también en pequeños trozos (tantos como de pescado).

Sobre una mesa enharinada, vamos estirando bien cada trozo de hojaldre, ponemos encima, en un extremo, un trozo de pescado y, sobre este, espinacas y unas lonchitas de queso de cabra. Pintamos con huevo los bordes del hojaldre y envolvemos como si fuese un paquete.
Repetimos la operación con cada trozo de pescado.
Pintamos con huevo y horneamos a 200º hasta que nos queden bien dorados (unos 15 minutos).
Acompañamos con la salsa de piquillos.

Salsa de piquillos
Salteamos en aceite la cebolla y luego los pimientos troceados. Añadimos la nata, el ron, sal y pimienta. Calentamos todo junto, sin que llegue a hervir, y trituramos.
Si queda muy espesa la podemos aligerar con un poco de agua.
Salpimentamos.
Imprimir

Torrijas rusas

















ingredientes

6 u 8 rebanadas de pan duro
300 g de nata
150 g de azúcar
150 g de zumo de naranja
ralladura de naranja
1 huevo
mantequilla o margarina.

preparación
Calentamos la nata con el azúcar. Batimos el huevo con el zumo y la ralladura de naranja. Mezclamos las dos preparaciones y vertemos sobre el pan, que habremos colocado en una fuente profunda.
Dejamos reposar 3 horas.
En una sartén con mantequilla, freímos las rebanadas por los dos lados.
Cuidado con la mantequilla, que tiende a quemarse. Imprimir

25 de marzo de 2014

El gusto es mío (y de otros mil factores)






















Sobre gustos no hay nada escrito, así que vamos a solucionar esta carencia. Sin excesivas esperanzas, vista la persistencia del refrán, he escrito “gusto” en el buscador de Google y han aparecido nada menos que 10.700.000 resultados. No está mal para un tema sobre el que nada hay escrito. Echando un vistazo por encima, leo eso tan conocido de que hay cinco sabores básicos: ácido, dulce, salado, amargo y umami, que ha sido el último en incorporarse a la lista, hace ya un siglo por obra de un científico japonés. Umami, en el idioma del Imperio del Sol Naciente significa sabroso, un nombre que casi es una redundancia.
Al parecer, según sesudos estudios, el sabor sobre el que hay más consenso es el dulce, que prácticamente gusta a todos desde pequeños. Los demás, se van aceptando poco a poco, empezando por el salado, el ácido y, finalmente el amargo: siempre hemos dicho que a nadie le gusta la primera cerveza.
El sentido del gusto reside placenteramente en las papilas gustativas, repartidas por toda la lengua: en la punta las que sirven para apreciar los sabores dulces y salados; en los lados, las que detectan los ácidos y, en la parte posterior, las encargadas de los amargores. Puede haber hasta 10.000 de estas papilas, pero hay personas que no tienen más de 2.000, casi insuficientes para informar al cerebro de los distintos sabores. Los primeros, sin embargo, tienen una buena predisposición para el sibaritismo.
Es curioso que para que se activen las papilas gustativas es necesario que estén humedecidas. Se puede comprobar secándose bien la lengua con una servilleta. Después, si te pones sal en ella no notarás el sabor salado hasta que no cierres la boca y la sal entre en contacto con papilas situadas por otras zonas que si están húmedas.
Como la naturaleza es sabia, para que todo esté bien lubricado de saliva, segundos antes han actuado otros dos sentidos: la vista y, sobre todo, el olfato, que hacen funcionar las glándulas salivares (se me hace la boca agua) y preparan todo el aparato gustativo para apreciar los sabores de lo que la cuchara o el tenedor nos llevan a la boca.
El olfato puede incluso alterar los sabores o su percepción. Todos hemos experimentado cómo, cuando estamos resfriados, los alimentos no nos saben a nada. Pero probad a comer algo mientras oléis un aroma intenso: por ejemplo, vainilla. Percibiremos un sabor distinto. Al parecer, el olfato tiene más importancia que las papilas gustativas en la percepción de los sabores.
También la vista y el tacto interactúan con el gusto. Un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Valencia junto con la Universidad de Oxford y el King’s College de Londres demostró que el tipo de cubiertos y la vajilla pueden hacer que los alimentos nos sepan de forma diferente. A los que participaron en el estudio les dieron a probar el mismo yogur con una cucharilla de plástico y otra de metal. Todos pensaron que el yogur que tomaban con cucharilla metálica era mejor. Lo mismo hicieron con distintos tipos de sabores (dulces, ácidos, amargos) usando distintos tipos de cucharilla (bañadas en oro, en cobre, en cinc y en acero inoxidable). De nuevo quedó claro que el tipo de cucharilla hacía que el mismo alimento supiera diferente. Y una misma mousse de fresa, servida en platos blancos, sabía más dulce que la servida en negros. Vamos, que se empieza a comer por la vista.

Me han preguntado por el picante y su lugar en este mundo de los sabores. Los que entienden de esto ni se dignan a entrar en materia, porque están convencidos de que el picante no es un sabor, sino un castigo para las papilas gustativas.
Imprimir

19 de marzo de 2014

Croquetas de patata asada

















ingredientes

½ litro de nata
½ litro de leche
150 g de mantequilla
150 g de harina
3 patatas gordas
sal y pimienta,
4 huevos, harina y pan rallado para empanar
¾ de litro de aceite para freír

preparación
Lavamos las patatas, las envolvemos en papel de aluminio y las horneamos a 200º entre media y una hora, dependiendo del grosor de las patatas.
Rehogamos la harina en la mantequilla y, cuando toma un color tostado, incorporamos la leche y la nata y salpimentamos. Dejamos que espese sin parar de remover y, cuando lo haga, añadimos las patatas, peladas y machacadas, vertemos la masa en una fuente aceitada y dejamos que enfríe.
Una vez fría, vamos tomando porciones del tamaño de una croqueta, las pasamos por harina, después por huevo batido y finalmente por el pan rallado.
El rebozado tiene que estar bien hecho, sobre todo por los extremos.
Freímos en abundante aceite caliente.
Imprimir

Albóndigas de merluza


















ingredientes

600 g de merluza sin piel ni espinas,
2 rebanadas de pan de molde sin corteza,
200 g de leche
1 huevo
1 diente de ajo,

harina para rebozar
aceite para freír
abundante perejil
Salsa
1 cebolla roja
2 dientes de ajo
1 c.s. de harina
½ litro de fumet
½ vasito de vino blanco
perejil y pimienta

preparación
Con un cuchillo afilado cortamos los lomos de la merluza en trocitos pequeños.
Ponemos el pan en remojo en la leche.
Picamos el ajo y el perejil.
Mezclamos todo (más el huevo) y salamos.
Hacemos las albóndigas, las pasamos por harina y freímos.

Salsa
En una cazuela, rehogamos la cebolla en aceite y el ajo. Cuando la cebolla esté bien pochada, incorporamos la harina, después el vino, el fumet, las albóndigas y el perejil. Dejamos que vuelva el hervor, cocemos durante 2 minutos, tapamos, dejamos que reposen otros 10 minutos y ya están listas.Imprimir

Fresas con nata

















ingredientes

4 discos de brick
nata montada
fresas,
1 clara de huevo
azúcar glas.

preparación
Cortamos tres discos de brick, haciendo círculos de distinto tamaño. Los pintamos con clara y horneamos a 180º hasta que doren. Lo hacen muy rápido.
Lavamos las fresas y las cortamos el pie de forma que tengan asiento.
Montamos la nata y la ponemos en una manga pastelera.
Montaje de la tarta: primero ponemos la hoja mayor de brick, la espolvoreamos con azúcar glas y colocamos sobre ella fresas del mismo tamaño, asentándolas sobre el pie que hemos cortado y con la punta para arriba, y nata. Sobre esta capa de fresas ponemos otra hoja de brick más pequeña, la espolvoreamos de azúcar y, sobre ella, volvemos a poner otra capa de fresas asentadas sobre el píe cortado y nata. Volvemos a repetir la operación con otra hoja de brick, azúcar glas, fresas y nata y así hasta terminar cuatro pisos.Imprimir

18 de marzo de 2014

Programa para la Cuaresma



01 Croquetas de patata asada
    Albóndigas de merluza
    Fresas con nata


02 Limones al horno
    Bacalao en hojaldre con salsa de piquillos
    Torrijas rusas


03 Garbanzos con espinacas
    Nidos de bacalao
    Pasteis de Belem


04 Ensalada de potaje
    Coulibiac
    Nuestras torrijas
Imprimir