12 de noviembre de 2013

Cine y cocina

















En La Quimera del Oro, Charles Chaplin, aislado en una remota cabaña, en medio de una gran nevada, se muere de hambre. Por más que busca algo que pueda llevarse a la boca, no encuentra nada, pero, entre la debilidad que le produce alucinaciones y el hambre que agudiza la imaginación, se le ocurre una idea delirante: comerse su bota. Al fin y al cabo, el cuero procede de una vaca. Pone agua a hervir en una rudimentaria olla, sumerge en ella el borceguí y, mientras se hace, dispone una mesa de etiqueta para tan suculento banquete: mesa de cajón de embalaje, plato de hojalata y mantel del primer trapo que encuentra. Después da cuenta de tan singular banquete degustando con deleite cada bocado, chupando los clavos como si fueran huesecillos. Incluso utiliza el salero porque le sabe algo soso.
Aunque La Quimera del Oro no es precisamente un film sobre gastronomía, la destartalada bota de Chaplin ha sido la imagen elegida para el cartel de Film&Cook, el Festival de Cine y Gastronomía que se está celebrando en el Matadero de Madrid. 
El festival comenzó el pasado fin de semana y se clausurará el próximo domingo. Durante estos dos “findes” se proyectarán, a ritmo de cine de sesión continua, es decir, sin parar, casi treinta films, en su mayoría documentales, sobre los más variados temas relacionados con la cocina, la gastronomía o la alimentación en general. Dicho así suena un poco árido, pero, por lo que vi este domingo y lo que anuncia el programa, se trata de films realmente interesantes, que lo mismo muestran el proceso de creación de un plato (memorable el proceso del “huevo de flan” de Eneko Atxa, del restaurante Azurmendi, que denuncian el problema de la obesidad en Estados Unidos (Battling Obesity) o nos cuentan la historia de Mr Okra un legendario vendedor ambulante de verduras de Nueva Orleans.
Los cocineros
Pero para los mitómanos y mitómanas del star system culinario español lo mejor llega al final de cada proyección con ponencias y showcooking de algunos de nuestros mejores cocineros. Este fin de semana abrió plaza Quique Dacosta (3 estrellas Michelín) al que siguieron figuras como Ramón Freixa, Paco Roncero, Rodrigo de la Calle, Albert Adriá, Fina Puigdevall (Les Cols) y Mario Sandoval (Coque). Para los próximos sábado y domingo se anuncian Paco Pérez (Miramar) , Andoni Luis Aduriz (Mugaritz), Marcos Morán (Casa Gerardo), David Muñoz (Diverxo), Ricardo Sanz (Kabuki) y Ricardo Camarena. Todos con una o dos estrellas en la guía roja.
Como asistir a los grandes eventos culinarios tipo Madrid Fusión o Millesime no está al alcance de cualquier bolsillo, esta puede ser una ocasión única de acercarse a estos grandes cocineros, ver como elaboran alguno de sus platos míticos y, de paso, ir al cine en el estupendo auditorio del Matadero, una caja roja de bombones (no la de Nestlé) que no esperas encontrar detrás de los rudos muros del antiguo mercado central de la carne de Madrid. 
Las películas
A priori, entre las películas de este fin de semana me atraen Canned Dreams, (Sueños en conserva) que cuenta la historia de todas las personas que a lo largo de 8 paises producen algo necesario para una lata de raviolis  brasileños que acaba en un supermercado de Finlandia; Drops of heaven (Gotas de Cielo) en torno al personaje de una cocinera japonesa que lleva toda su vida (88 años) haciendo “sopa de la vida” y Love and Lemons, una comedia romántica sueca con dos jóvenes cocineros como protagonistas.
A los cocineros me gustaría escucharlos a todos.
Cada jornada se cierra con copas. Primero se proyecta una película (el sábado, 2001: una odisea en el espacio, y el domingo Como agua para chocolate) y, a continuación, casi de madrugada, algunos de los más afamados barman presenta un cóctel inspirado en ella, en la película. No parece mal final.
Los precios, entre 3 y 6 euros, como los de antes de la subida del IVA del cine.
Para quien el interese, puede consultar el programa aquí. Ojo, algún documental puede ser en inglés, sin subtítulos.
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2 comentarios:

Carmen dijo...

Un buen plan de fin de semana

elena dijo...

Desde luego merece la pena