13 de febrero de 2013

Cordero en caldereta

 















ingredientes
una pierna de cordero troceada y sin hueso
3 pimientos (uno rojo, uno verde y otro amarillo)
1 cebolla
2 dientes de ajo,
perejil
un poco de aceite de oliva
1 vasito pequeño de vino blanco
1 c.s. de maizena

elaboración
Picamos todas las verduras en brunoise (a cuadraditos).
En una cazuela con tapa, ponemos aceite y sobre él vamos alternando capas de verduras y de carne. Vertemos el vino y, si fuera necesario, muy poquito agua.
Dejamos cocer hasta que la carne quede tierna (aproximadamente 1 ½ horas).
Si queremos, podemos espesar el caldo con maicena.
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Galletas sweetheart con cremoso a la taza


Para las galletas
ingredientes
400 g de harina
240 g de mantequilla
120 g de azúcar glas
1 huevo
ralladura de limón

elaboración
Mezclamos todos los ingredientes, formamos una bola y dejamos que repose en la nevera.
Estiramos y cortamos con un cortapastas en forma de corazón.
Si queremos, podemos hacer a los corazones de galleta un corte o hendidura vertical de abajo a arriba, en un lado, de manera que lo podamos encajar después en el borde la taza en la que montaremos el dulce.(venden cortapastas con esa hendidura).
Pintamos las galletas con yema de huevo y un poquito de agua y las horneamos a 180º durante 10 minutos.

para el cremoso
ingredientes
1 vasito de vino dulce
1 vasito de almíbar (TPT),
200 g de chocolate blanco
400 ml de nata+1 cucharada de azúcar glas
bizcochos de soletilla
100 g de nueces, 65 g de miel,
15 g de mantequilla

elaboración
Derretimos el chocolate con la mitad de la nata y, cuando la mezcla esté fría, le incorporamos el resto de la nata montada con azúcar glas. Reservamos.
En una sartén, calentamos la miel con la mantequilla, añadimos las nueces y las caramelizamos. Enfriamos sobre un papel de horno o sobre un mármol aceitado.



Calentamos el vino con el almíbar.
Pasamos los bizcochos por el vino. 
En una taza vamos colocando nuestras preparaciones: primero bizcocho emborrachado, después cremoso, nueces, cremoso, bizcocho y cremoso.
Acompañamos con nuestra galleta sweetheart. 
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12 de febrero de 2013

Recomponemos el programa

Después de los imponderables que nos han impedido realizar el programa previsto, he realizado unos ajustes y el programa queda así para lo que resta de este trimestre, salvo que, de nuevo, los mentados "imponderables" nos obliguen a más cambios.

06
(13, 14 y 15 de febrero)
Patatas fritas bajas en calorías
Cordero en caldereta
Galletas sweetheart con cremoso en taza

07
(20,21 y 22 de febrero)
Pan marroquí
Fatay
Humus
Brick

08
(27 y 28 de febrero y 1 de marzo)
Minestrone
Merluza al pesto
Plumcake de requesón

09
(6,7 y 8 de marzo)
Especial bollería:
Ensaimadas
Suizos
Napolitanas

10
(13, 14 y 15 de marzo)
Patatas Hasselback
Bacalao en falso pil pil
Nuestras torrijas

11 de febrero de 2013

Montia


Hace unos días hablábamos de los miles de kilómetros que pueden recorrer algunos alimentos hasta que llegan a nuestra mesa. Es la globalización, que hace que las mercancías se muevan de una parte a otra del mundo, a veces sin sentido, provocando un despilfarro energético innecesario. Como reacción, hace tiempo que se viene abriendo paso un movimiento preocupado con el entorno que hace hincapié en lo que se denomina “alimentos de kilómetro 0”. Se trata de preferir los que se producen en el entorno, con lo que se evita el perjuicio que todo transporte causa al medio ambiente y además se puede estar más cerca del agricultor o el granjero para seleccionar el producto que se le va a comprar.
Digo todo esto porque la semana pasada comí en un restaurante que se ajusta a esta tendencia casi de manera estricta. Se llama Montia, y está en San Lorenzo del Escorial. Luis Moreno y Dani Ochoa, los dos jóvenes cocineros que lo abrieron a finales del año pasado, se surten casi exclusivamente de productores del entorno. El pan de lo hacen en Cercedilla, la mantequilla la suministra La Colmenareña de Colmenar Viejo, el pollo se ha criado en corrales de Alpedrete, la ternera pastó en Colmenar del Arroyo, la cuajada de los postres se hizo con leche de vacas de Manzanares… Hasta el agua, que te sirven en una generosa jarra, la traen de la Fuente de los Geólogos, ese manantial mítico del Puerto de Navacerrada. Solo pescados y mariscos recorren más de 50 kilómetros para llegar a la cocina de Montia.
Pero Montia es mucho más que la observancia más o menos estricta de la “cocina de kilómetro 0”. De entrada sorprende el local, decorado con un delicado minimalismo que prepara para lo que se va a comer: una exquisita sucesión de bocados. No hay carta, sólo sirven un menú degustación que se puede elegir en versión abreviada o completa. El breve incluye tres aperitivos, cuatro platos, una tablita de quesos y un postre. El completo, un plato y un postre más.
Elegimos el completo que se inició con los aperitivos: un mejillón tigre con falsa concha comestible, un huevo con guisillo de pepitoria, servido en su propia cáscara sobre un nidal de paja, una tarrina de crema de apio, nabo y buey de mar. Tres bocados riquísimos que abren las expectativas por lo que puede llegar a la mesa. Y lo primero que aparece es un royal de paté a la cerveza Cibeles (se elabora en Alcorcón), con champiñones, higos y cebada inflada y se sirve en un botellín cortado trasversalmente por la mitad. Ideal para tomar uno de los deliciosos panes que han traido de la finca ecológica Río Padrillo de Cercedilla: un pan blancode hogaza y una torta de trigo kamut. Le sigue un canelón de pollo de corral y a este una entrécula de ternera con trompetas de la muerte. Exquisitos. Sigue el único guiño al pescado: pulpo asado con borrajas y judías verdes con salsa de tomate y marisco: delicioso. Y se concluye con el estupendo arroz con liebre y alioli de coliflor.
Antes de los postres una tabla de cinco quesos artesanos de la comarca. Apenas cinco exquisitos bocaditos, que se maridan con pegotitos de compota, mermelada o miel: toda una sorpresa la variedad quesera de la sierra de Madrid. La cuajada de leche de cabra y un delicado helado de mazapán con piña macerada al eneldo mantienen el tono alto hasta el final.
El servicio ha sido eficiente y simpático. Cuando los fogones lo permiten, los cocineros acuden a comentar algún plato con los comensales.
La música de Leonard Cohen, que no obliga a elevar el tono de la conversación, redondea una comida que la cuenta sube un punto más: el menú completo son 35 euros. El corto 25. Por 10 euros más se pueden maridar con vinos elegidos con gran acierto, aunque también cabe la opción del vino por copas a precios muy ajustados: aproximadamente 2 euros copa. En resumen, precios de tiempos de crisis para un menú de lujo.
No tomamos café. Queríamos ir tomarlo en un velador con derecho a ventana del viejo café Miranda Suizo, toda una institución en la aristocrática ciudad. En la puerta, un cartel con la silueta de un cazador disparando su escopeta proclama que ha sido adquirido por el grupo Arturo Cantoblanco. Aunque el local sigue casi intacto, para mí ha perdido su glamour.

Restaurante Montia
Calvario 4
San Lorenzo de El Escorial (Madrid)
Tfno. 911 336 988
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5 de febrero de 2013

Tortos



ingredientes
1 vaso de harina de maíz P.A.N (no maicena)
1 vaso de agua templada
sal
aceite de girasol para freír


elaboración
Templamos el agua, la salamos y añadimos la harina de maíz. Amasamos, hacemos una bola y la dejamos reposar durante 10 minutos.
Usando las manos vamos haciendo bolitas como pelotas de ping-pon de esta masa, las aplastamos entre dos paños y las freímos en abundante aceite.
En nuestra receta las vamos a acompañar cada torto con un picadillo de chorizo, rehogado en la sartén, y un huevo de codorniz, frito. 
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Fabada



ingredientes 
para 4 personas
½ kg de fabes
1 cebolla
2 chorizos asturianos
1 morcilla asturiana
un trozo de lacón
tocino
1 c.c. de pimentón
unas hebras de azafrán

elaboración

El día anterior, ponemos las fabes a remojo en agua fría. Escurrimos las fabes, las cubrimos de agua y ponemos a hervir. Vamos añadiendo agua, cortándole el hervor y retiramos la espuma que sube a la superficie.
Ponemos todos los ingredientes en la olla con las alubias y dejamos que cuezan lentamente, siempre cubiertas de agua.
El tiempo varía en función de la calidad de las fabes desde 2 a 3 horas.
No añadiremos sal. Sólo al final, si es necesario. Las fabes tienen que estar tiernas pero no romperse mientras las cocinamos. Por eso no se recomienda usar la olla a presión. Es conveniente que la fabada repose unas dos horas antes de llevarla a la mesa.
Para servir se separan las fabes del “compango”, que se pone en plato aparte.
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Ambrosía de avellanas



ingredientes
½ l de leche entera
1 sobre de flan
3 yemas
6 c.s. de azúcar,
100 g de avellanas molidas

elaboración
Hacemos un caramelo con la mitad del azúcar y un poco de agua y con él caramelizamos las flaneritas.
Batimos las yemas con el resto del azúcar, la leche y el flan. Ponemos al fuego hasta que espese, retiramos y añadimos las avellanas molidas.
Repartimos en los moldes caramelizados y enfriamos en la nevera.
Podemos acompañar con frutos rojos y un coulis de los mismos. 
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¿De dónde viene lo que comemos?

















 La fabes de tu fabada son importadas de Bolivia. Hace años nadie habría dado crédito a esa afirmación, pero hoy sería mejor no poner la mano en el fuego por la españolidad de esas fantásticas legumbres: si nos las has pagado a precios de oro, casi seguro que fueron cultivadas al otro lado del Atlántico. Esto no curre sólo con las fabes, un tipo de legumbres caras, cuyos precios justificarían cruzar el charco para buscar algo más barato. Otras legumbres de precios más bajos, también son transatlánticas. En cualquier hipermercado, se pueden encontrar garbanzos de México, lentejas de Canadá o judías de Argentina. El arroz de la paella es menos probable que venga de Valencia o Sevilla, como mucha gente cree, que de Tailandia, que cada año nos vende más de 35.000 toneladas de este cereal.
Estos productos importados se distribuyen por las marcas españolas de toda la vida, que, conscientes de su menor calidad, no suelen especificar el origen en los envases. O, al contrario, procuran resaltarlo cuando ofrecen producto nacional. Se suele identificar producto nacional con buen producto,  porque nuestros agricultores están reaccionando ante la competencia de los precios de los países en desarrollo, donde la mano de obra es muchísimo más barata, con una apuesta por la calidad: salvo raras excepciones, las legumbres y arroces importados no alcanzan el nivel de los garbanzos de Fuentesauco o Pedrosillanos, de las judías del Barco o de la Granja y las lentejas de la Armuña. O los arroces con denominación de origen, como los de Valencia o Calasparra. Lo mismo podemos decir de los finísimos ajos de Chinchón o de Las Pedroñeras frente a los de China.
 Las importaciones masivas de alimentos también han llegado a los productos frescos. En la frutería del Hipercor he encontrado hoy melocotón de Chile, uva blanca de Sudáfrica, aguacates de Méjico, piña de Costa Rica, manzanas Reineta de Canadá o judías verdes de Marruecos.
Incluso melones de Brasil a donde estarían llegando algunas empresas de Villaconejos o espárragos de Perú que llegan desde allí en avión, como cuentan con cierta sorpresa en Directo al Paladar. Lo curioso es que los kiwis son asturianos.
En cuanto a pescados frescos o en conserva, es raro que procedan de los caladeros españoles, prácticamente esquilmados. Las latas de las principales marcas conserveras pueden llevar hoy navajas de Chile (Escuris), almejas de Corea (Cuca), berberechos de Holanda (Patrón), melva de Cabo Verde (Ubago) o caballa de Marruecos (Isabel). Como ocurre con las legumbres, muchas veces se oculta la procedencia del producto, pero es fácil saber si viene de otros mares, porque si se ha pescado en las costas españolas lo dice bien claro en el envase.
La pregunta es ¿qué comprar?. Si se busca precio, es fácil que los productos importados sean más baratos, pero seguramente tienen una calidad inferior o están menos adaptados a nuestros gustos alimenticios: las gambas del Pacífico no se pueden comparar con las de Huelva y un buen arroz de Calasparra hace mejor paella que otro de vaya usted a saber dónde.
Otro factor a tener en cuenta en el caso de la fruta es la estacionalidad. No es lo mismo tomar la fruta en su estación, cuando está madura y tiene su mejor sabor, que esas otras que se han cortado a miles de kilómetros, totalmente verdes, y que maduran en las cámaras frigoríficas de los barcos que llegan desde países muy lejanos. En este caso, el precio juega a favor del producto nacional, porque la fruta de estación es más barata que la que se trae del otro lado del globo., aunque en ese caso no podremos comer melocotones en enero. El Comidista ha hecho un furibundo alegato contra frutas y hortalizas fuera de temporada.
Y un último factor: el ecológico. Un estudio de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla llegó a la conclusión de que los alimentos importados recorren una distancia media de 4.253 kilómetros antes de llegar al consumidor español. El mismo estudio señala que el transporte de esos alimentos supone la emisión a la atmósfera de 4,7 millones de toneladas de CO2.Si lo que consumimos se cultiva o cría cerca, evitamos malos humos.
Todo esto sin mencionar la importacia de consumir productos de aquí para reanimar la economía.
Va a ser cuestión de mirar la matrícula de origen a cada producto que echemos en el carrito del super.
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30 de enero de 2013

Pasta, calabacín y zanahoria
















ingredientes
250 g de pasta larga
1 calabacín (500 g aproximadamente)
3 zanahorias (250 g)
mantequilla 

elaboración
Cocemos la pasta “al dente”. Con un pelaverduras hacemos tiras del calabacín y la zanahoria.
Salteamos la verdura con la mantequilla durante 3 minutos, añadimos la pasta y volvemos a saltear.
Si queremos que el plato no vaya de guarnición, podemos añadir un poco de agua de la cocción de la pasta y parmesano.
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Salmón a la cazuela

















ingredientes
700 g de salmón en filetes
200 g de bacon
2 cebollas
100 g de almendras fileteadas
1 vasito de jerez
perejil,
aceite, sal, pimienta y harina

elaboración
Salpimentamos y enharinamos los filetes y los freímos levemente en el aceite. En una sartén, rehogamos la cebolla picada, el bacon (ojo que salta) y las almendras.
En una cazuela, colocamos el pescado y echamos por encima el sofrito, perejil, el vino y un poquito de agua salada.
Dejamos que de un hervor y servimos..
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Milhoja de chocolate y mango
















ingredientes
Chocolate de cobertura
¼ de nata montada
1 mango

elaboración
Tenemos un mármol que lleva en el congelador al menos tres días.
Derretimos al baño maría tres cuartas partes del chocolate. Apartamos del calor y agregamos el resto. Una vez derretido todo el chocolate, volvemos a calentar. Con esto intentamos templar el chocolate.
Estiramos el chocolate sobre el mármol ayudándonos con una espátula o el dorso de un cuchillo. Cortamos cuadrados para hacer las capas de la milhoja. Lo que se parta, lo volvemos a derretir al baño maría.
Trituramos el mango y lo mezclamos con la nata montada.
Ponemos una hoja de chocolate, mousse de mango y otra vez chocolate. Decoramos con mango y frutas rojas.
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