22 de enero de 2014

Menestra con langostinos

















ingredientes
8 espárragos blancos de lata
8 alcachofas
¼ kg de judías verdes
½ kg de habas
½ de guisantes
1 cebolla 
2 zanahorias
8 langostinos crudos
8 huevos de codorniz cocidos
aceite
1 c.c. de harina

Masa Orly
4 c.s. de harina
1 c.s. de levadura en polvo
1 huevo
1 c.s. de aceite de oliva
agua y sal

preparación
Cocemos las verduras por separado. Deben quedar “al dente”, que no quiere decir duras. Guardamos un poco de agua de la cocción de alguna de las verduras. 
Siempre que podamos debemos usar verduras frescas. Cuando no sea posible podremos recurrir a las congeladas o en conserva.
En un poco de aceite salteamos la cebolla picada, añadimos un poquito de harina (esto si se quiere se puede suprimir), las verduras y un poco de caldo.
Hacemos la masa Orly, mezclando todos los ingredientes. La masa debe reposar ½ hora antes de utilizarla.
Pasamos los langostinos por la Masa Orly y los freímos. Podemos pasar también cuartos de alcachofa y, si se quiere, trocitos de merluza.
Ponemos la menestra en el plato, colocando encima los langostinos fritos, el huevo duro y el espárrago blanco.

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Rocambole

















ingredientes
1 kg de carne picada
125 g de mozzarella
125 g de bacon
125 g de jamón de York
1 huevo
1 cebolla rallada,
1 c.s. de harina
1 sobre de sopa de cebolla

preparación
Rallamos la cebolla, la exprimimos un poco para sacarla el líquido y hacemos una bola con ella. Esta bola la mezclamos con el sobre de sopa, la carne, un poco de harina y el huevo.
Ponemos sobre la superficie de trabajo un papel de aluminio y extendemos sobre él la masa de carne formando un rectángulo grande.

Cortamos el queso, el bacon y el jamón en daditos pequeños y los mezclamos. Ponemos la mezcla en el centro de la carne y, ayudándonos con el papel de aluminio, vamos formando un rollo en el que quedará la carne por fuera y la mezcla por dentro.
Envolvemos el rollo en el papel de aluminio y horneamos a 210º durante 20 minutos. Pasado este tiempo, abrimos el papel de aluminio y dejamos la carne otros 20 minutos para que dore.
Lo servimos en el plato, cortado en rodajas gruesas y acompañado de arroz blanco y salsa de tomate.Imprimir

Strudel de piña con salsa de vainilla

















ingredientes
Para el strudel
4 hojas de pasta philo
mantequilla
1 plátano
2 rodajas de piña natural
1 manzana reineta
100 g de azúcar
50 g de pasas
25 g de almendras
25 g de piñones
1 c.s. de mantequilla
2 c.s. de pan rallado
canela, vainilla y nuez moscada

Para la salsa de vainilla
2 yemas
300 g de leche
1 c.s. de maicena
50 g de azúcar
1 c.s. de vainilla líquida

preparación
Cortamos la fruta a cuadraditos. Tostamos las almendras y los piñones. Doramos el pan rallado en un poco de mantequilla. Mezclamos todo y añadimos canela, vainilla y nuez moscada.
Pintamos una hoja de pasta philo con mantequilla. Ponemos tra hoja sobre ella y volvemos a pintar y así hasta formar una hoja de cuatro capas. No pintar en exceso, porque luego, en el horno, rebosa. Ponemos el relleno de frutas y cerramos el brazo enrollándolo. Pintamos de nuevo con mantequilla y horneamos durante media hora a 180º. Acompañamos con la salsa de vainilla, que haremos mezclando todos los ingredientes y calentando al baño María hasta que espese. Si queremos una salsa más ligera, podemos añadir más leche.
Esta salsa se suele tomar fría.Imprimir

21 de enero de 2014

Makro, también para quien no hace la compra con furgoneta

















La imagen que la gente tiene de Makro es la de un almacén donde se aprovisionan los grandes consumidores: bares, restaurantes, comedores de colegios, etc. que se benefician de mejores precios por comprar en grandes cantidades. En Makro no se compra un kilo de azúcar, sino un paquete de 10 kilos. Las latas de tomate en conserva pueden ser de 5 kilos y el envase normal de aceite contiene otros tantos litros. Tamaño industrial, podemos decir, como industrial parece el diseño de estos almacenes, donde es habitual ver por los pasillos las carretillas elevadoras llevando grandes palets de un sitio a otro. En el aparcamiento abundan las furgonetas. El otro día una del ejército estaba aparcada junto a la del Colegio Seminario de Las Rozas de Puerto Real: comedores colectivos. Los mismos carros no están preparados para la compra al menudeo, sino para que, sobre ellos, se puedan apilar cajas de vino junto a sacos de harina o pescados en sus grandes embalajes de poliuretano. Todo eso es verdad y, sin embargo, Makro es uno de mis sitios de compra favoritos, concretamente el cercano a Tres Aguas, más pequeño que los gigantes de Leganés o San Sebastián de los Reyes pero más manejable.
Casi cada semana hago allí la compra de los ingredientes que utilizamos en los cursos de cocina y de muchos otros productos para mi casa.
Frutas y verduras: lo que no encuentras en otros sitios
En la frutería hay que comprar las naranjas en cajas de 10 kilos, pero en mi casa comemos muchas y estas suelen ser de las mejores, porque está enfocada a los restaurantes que no pueden fallar en la calidad de los productos que sirven en sus mesas.
Con todo, la calidad no es lo más interesante de la frutería: atrae todavía más la variedad, la increíble diversidad de verduras, hortalizas, tubérculos, hierbas o setas que allí encuentras. Desde esas zanahorias o puerros mini, que pueden medir cinco dedos, hasta los brotes de ajo, alfalfa, cebolla o col que rematan tan vistosamente algunos platos. Desde las delicadas acelgas rojas, a los mil aromas de la hierbabuena, la albahaca el tomillo o las más raras como la salvia o la hierba limón. Pimientos verdes, rojos, amarillos, naranja, lechugas de todos los tipos o frutas exóticas que requieren un tratado de botánica para reconocerlas: casi todo lo que pueda exigir el capricho de un cocinero lo encuentras allí y, aunque te tengas que llevar un buen paquete de cebollino, el precio es poco mayor que esas raquíticas raciones de otros hiper. Eso sí, algunos caprichos se pagan y una bandejita de fresas silvestres de apenas doscientos gramos puede salir por 8 euros más IVA.
Pescadería: casi un puerto de mar
La pescadería es aún más deslumbrante. Tienes que comprar las piezas enteras y no te las filetean, pero pasarás dificultades para elegir entre tanta variedad, sobre todo a primera hora de la mañana, antes de que los restaurantes hagan la comanda. Rodaballo, lubina salvaje, mero, dorada, rape, atún, urta se exhiben exuberantes al lado de gambas, cigalas, langostinos, bueyes de mar, camarones, nécoras o centollos. Y almejas, vieiras, berberechos, mejillones y navajas junto a pulpos, chipirones o calamares: lo que pidas. Los precios son razonables, aunque al final, como te llevas cantidades que necesariamente tendrás que congelar en parte, la cuenta sube.
Me interesa menos el departamento de quesos y lácteos. Tiene una variedad razonable, pero sin exquisiteces, como ocurre con el de embutidos. No está mal el enorme departamento de congelados, tanto de pescado como de carnes, sobre todo por la increíble oferta que se puede ver en sus interminables lineales de arcones frigoríficos. Yo suelo llevarme de allí las pastas (kataifi, philo, etc. ) que no encuentro en otras partes y, cuando hay ofertas, suculentos foies y micuits.
Pecados de la carne
La carnicería es también estupenda, con sus formidables piezas con todo tipo de cortes y preparados de vacuno, cerdo, cordero o pollos y pavos que no encuentras en otros sitios.
 Casi siempre hay ofertas a precios muy convenientes y además, de vez en cuando, sacan la plancha y organizan catas de sus productos. Es una tentación, porque terminas llevándote cosas que no estaban en tu lista. No quiero olvidarme de la morcilla de Burgos: es de las mejores.
Y un buen vino
Y la bodega. Sin duda la mejor de la zona. Por supuesto están todas las marcas más conocidas, sobre todo de Rioja, Ribera de Duero o Rueda, y tienen una amplísima oferta  de cavas, champagnes y finos y olorosos, algo que no es habitual en otras grandes superficies. Pero, además, se puede encontrar una enorme variedad de propuestas alternativas, con vinos de cualquier denominación de origen, seleccionados con muy buen criterio y excelente relación calidad precio. Si te dejas aconsejar por Rubén, el encargado, todo un finalista del premio nariz de oro, puedes llevarte sorpresas muy agradables.
Curiosamente, lo más interesante de Makro son los productos frescos, aunque haya que comprarlos en cantidades bastante grandes. El resto, lo que antes se llamaba ultramarinos, es una oferta muy parecida a la de otras grandes superficies, con el inconveniente de que si quieres una latita de guisantes, te tienes que llevar un pack de doce. Ahora, si compras para una familia numerosa como las de antes o a medias con la vecina,, la propuesta de grandes formatos de Makro cobra mucho interés. En ese caso conviene tener un buen congelador.
Para comprar se exige un carnet que se puede conseguir fácilmente si tienes una empresa o eres autónomo. Y si no, todos conocemos a alguien que nos puede dejar un carnet y ellos no ponen ninguna pega cuando se lo enseñas.
Atención, que los precios están sin IVA. Al menos la cifra que más llama la atención, aunque al lado te ponen el precio definitivo y el coste por kilos o litros. Conviene tenerlo en cuenta para no llevarse una sorpresa cuando la cajera te dé el tiket de compra. 
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15 de enero de 2014

Sopa de tomate con sus albóndigas

















ingredientes
Para la sopa
1 kg de tomates muy maduros
1 cebolla
2 zanahorias
1 puerro
1 diente de ajo
una rama de apio
1 litro de agua o caldo vegetal
1 c.s. de azúcar
sal, tomillo, pimienta y aceite

Para las albóndigas
200 g de carne de pollo picada (puede ser de ternera)
1 huevo batido
100 de copos de avena
1 c.s. de salsa worcestershire
harina, ajo y perejil

preparación
Hacemos la sopa rehogando en un poco de aceite la cebolla, la zanahoria, el puerro, el ajo y el apio, todo muy troceado. Añadimos los tomates, también troceados, sin pelar ni despepitar, y el azúcar y la sal. Dejamos a fuego bajo hasta que adquiere una textura como de salsa de tomate. Incorporamos el tomillo y el caldo o el agua. Ajustamos con sal y pimienta y dejamos cocer unos 15 minutos a fuego bajo.
Pasamos por el chino.

Albóndigas
Mezclamos los ingredientes de las albóndigas y las formamos. Las pasamos por harina y o bien las freímos en aceite o las horneamos. Como son la guarnición de nuestra sopa tienen que ser pequeñas, es decir, “de bocado”. Una vez hechas, las incorporamos a la sopa.

Esta sopa la podríamos acompañar también de pan frito y añadir en el plato un poco de nata líquida y cebollino picado.Imprimir

Pez espada en escabeche

















ingredientes
1 filete de pez espada (unos 800 g)
½ cebolla
una zanahoria
½ cabeza de ajos
laurel
pimienta en grano
pimentón
sal
un vaso de vinagre de sidra
un vaso de aceite
un vaso de vino blanco
1 copa de buen vinagre de Jerez
aceite y harina para marcar el pescado.

preparación
Pasamos el filete por harina, lo sacudimos para quitar el exceso y lo freímos muy poco por los dos lados. Lo retiramos a una sartén limpia.
En un poco de aceite nuevo rehogamos la cebolla y la zanahoria, cortadas en juliana. Añadimos el pimentón, la pimienta, el aceite, el vino y el vinagre, vertemos sobre el pescado y dejamos que se cocine a fuego bajo unos 10 minutos.
Retiramos del fuego y le incorporamos la copita de buen vinagre.
Los usos de este escabeche serían los mismos que los del bonito en escabeche que estamos tan acostumbrados a usar.Imprimir

Galletas nuts

















ingredientes
Para la galleta
125 g de mantequilla
1 yema
100 ml de nata
100 g de azúcar moreno
250 g de harina
½ sobre de levadura

Para la crema de nueces
¼ de litro de leche
2 yemas
25 g de maicena
75 g de azúcar
65 g de nueces trituradas

preparación
Integramos todos los ingredientes de la masa de la galleta haciendo una bola que dejamos reposar en la nevera al menos durante 30 minutos.
Estiramos entre dos papeles de horno y cortamos en círculos, que horneamos a 190º hasta que vemos que toman un poco de color. Presentamos las galletas de dos en dos, rellenas de la crema de nueces.
Existen unos moldes, que tienen forma de media nuez, que al rellenar nos hace el efecto de que son nueces. En España se venden unos moldes de silicona para tal efecto.

Crema de nueces
Mezclamos el azúcar con la maicena y lo disolvemos en un poco de leche fría. Batimos las yemas con otro poco de leche fría. Unimos las dos preparaciones anteriores con el resto de la leche y las nueces trituradas. Espesamos al baño María y enfriamos.Imprimir

14 de enero de 2014

Campo de' Fiori

















Todos los días, antes de que salga el sol, el Campo de’ Fiori, una hermosa plaza romana a un paso de bella Piazza Navonna, se convierte en un mercado de frutas y hortalizas al aire libre. Por la noche es el centro de la movida romana. No está mal la convivencia de esos dos mundos tan diferentes que acoplan sus horarios de madrugón y trasnoche. 
Yo elegí la mañana, cuando la plaza se llena de color con los puestos de fruteros, hortelanos, especieros y, por supuesto, de pasta que desde hace casi 150 años surten al barrio, en pleno centro de Roma.
La plaza, un amplio rectángulo limitado por hermosas y desconchadas mansiones, tiene un pasado tenebroso: en tiempo fue el lugar de las ejecuciones y allí fue quemado en la hoguera, Giordano Bruno, aquel dominico napolitano hereje para católicos y calvinistas. Su estatua preside ahora a la plaza y en torno a ella se organizan los puestos entoldados que componen un abigarrado conjunto de mil colores al que ponen banda sonora los gritos de los vendedores para llamar la atención de las clientas.
En el Campo de’ Fiori hay sobre todo frutas y hortalizas, pero en una variedad increíble, para quienes estamos acostumbrados al monopolio de la lechuga y la escarola de las ensaladas españolas. Se puede comprar cualquiera de las verduras que encontramos aquí pero con muchas variedades. Habrá seis o siete clases de lechugas; nabos con multitud de formas y colores; tomates enormes, minúsculos y medianos, secos o de puro jugo, casi siempre de un rojo subido; calabazas de todas las formas y calibres, que parecen a punto de convertirse en carrozas… Pero aún me llamaron más la atención verduras y hortalizas que aquí no son habituales o que ni siquiera conocía. No sólo la rúcula, que ahora se pone tanto en las ensaladas finas, sino también el ruibarbo, la achicoria, el hinojo, la flor de calabacín o la extraordinaria variedad de patatas.
Quizá esa palabra, variedad, sea la que mejor defina este mercado. Lo mismo que de verduras, hay decenas de tipos de pastas, quesos, embutidos, cebollas, pimientos, hierbas, especias… La italiana, cuando hace la compra, no pide una lechuga, sino ese tipo especial de lechuga que va a aliñar con unas hierbas muy determinadas a las que añadirá aquel pecorino que tienen en la formaggeria de la esquina.
Me llamó la atención como las verduleras no venden por piezas enteras –una lechuga, una escarola- sino que las separan por hojas, como esos preparados para ensalada de los supermercados, y las cobran al peso.
Son incontables las combinaciones de colores y sabores que consiguen con las hierbas. Y la increible variedad de especias que utilizan para matizar sabores de sus pastas, ensaladas y guisos.
Me hubiera llevado de todo, aunque sólo fuera para probarlo, pero las aerolíneas low cost son muy estrictas en materia de equipaje y, bien a mi pesar, me tuve que conformar con una trufa blanca que, aunque grande en precio, ocupa un espacio mínimo.
Pero salí embriagada de colores, olores y sabores en este Campo de’ Fiori que, con razón, las guías presentan como una de las atracciones turísticas de Roma.
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8 de enero de 2014

Torta de Calabacín

















ingredientes
1 calabacín
masa brisa
½ litro de leche,
75 g de harina
75 g de aceite
parmesano
1 huevo
sal, pimienta y cúrcuma
preparación
Ponemos la masa sobre un molde bajo de tarta y la horneamos en blanco hasta que los bordes estén dorados: aproximadamente unos 10 minutos a 190º. Antes de meter al horno debemos poner unos garbanzos secos sobre la masa para evitar que suba.
Hacemos una bechamel con el aceite, la harina y la leche.
Sin quitarle la piel, cortamos el calabacín en rodajas finas y las hacemos a la plancha.
Sobre el cascarón (la masa horneada) ponemos la bechamel a la que habremos añadido el huevo y la cúrcuma.
Colocamos encima las rodajas de calabacín, disponiéndolas como si hiciéramos la típica tarta de manzana.
Horneamos a 200º de 15 a 20 minutos.
Al sacarla del horno podemos rallar encima un poco de parmesano y un echarla un chorrito de aceite.

Tiempo de elaboración: 45'
Dificultad: media

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Sandwich mixto de tortilla

















ingredientes
750 g de patatas
4 huevos
1 cebolla
aceite
6 lonchas de queso de sándwich
6 lonchas de jamón de York

preparación
En el aceite, freímos la patata con la cebolla y añadimos el huevo batido como para hacer una tortilla de patatas. Dividimos la mezcla de patatas en cuatro partes.
En una sartén pequeña con un poco de aceite ponemos uno de esos cuartos y, cuando cuaja un poco, colocamos encima la mitad del queso y el jamón.
Ponemos encima otro cuarto de patatas y cuajamos de la forma habitual en que haríamos una tortilla de patatas.
Con los otros dos cuartos de la patata y la otra mitad de jamón y el queso hacemos lo mismo de manera que consigamos dos “sanwiches de tortilla”.

Tiempo de elaboración: 50'
Dificultad: media

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Bizcocho de Fanta y Grand Marnier

















ingredientes
4 huevos
250 g de azúcar
250 g de harina,
1 cucharada de levadura Royal
1 lata de Fanta de naranja
1 copita de Grand Marnier

preparación
Batimos las claras a punto de nieve.
Montamos las yemas con el azúcar e incorporamos la Fanta, el licor y la harina con la levadura.
Por último incorporamos las claras con delicadeza, vertemos en un molde y horneamos.
El tiempo de horneado dependerá del tamaño y el tipo del molde. En un molde de cake hornearíamos durante media hora a 190º.

Tiempo de preparación: 50'
Dificultad: media

6 de enero de 2014

Programa para el trimestre

01
Torta de calabacín
Sandwich mixto de tortilla
Bizcocho de Fanta y Grand Marnier

02
Sopa de tomate con sus albóndigas
Pez espada en escabeche
Galletas nuts

03
Menestra con langostinos
Rocambole
Strudel de piña

04
Alcachofas a la romana
Saltimboca
Tiramisú

05
Corn Dogs
Pollo KFC
Bundt

06
Las sardinas de Rafa con escalibada
Rabo estofado
Saint Honoré de frutas

07
Agujas verdes
Alubias a la marinera
Carmelitas

08
Patatas emperatriz
Costillas adobadas
Mousse de chocolate y menta

09
Crema de guisantes
Fish and chips
Tejas rellenas

10
Marmita de congrio
Girasol
Pastas Linzer
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27 de noviembre de 2013

Jamón ibérico con yema curada


ingredientes
(Para cuatro personas)
100 g de jamón ibérico
1 cebolleta
8 pepinillos
aceite
mostaza
4 yemas de huevo
1 c.s. de azúcar por yema,
1 c.s. de sal por yema

preparación
Con un cuchillo picamos, muy menudo, jamón, pepinillos y cebolleta. Añadimos aceite y un poco de mostaza. Con esta preparación rellenamos unos aros pequeños de emplatar: uno por comensal.
Mezclamos el azúcar con la sal y con esta preparación cubrimos cada yema tanto por encima como por debajo. Dejamos reposar entre 20 y 30 minutos y lavamos cada yema debajo del grifo, con un chorrito fino. Hay que tener mucho cuidado porque las yemas son muy frágiles y se rompen con facilidad. Conviene hacer alguna yema de más para reponer alguna que se pudiera romper.
Ponemos en el plato el tartar de jamón y, sobre él, la yema.Imprimir

Espárragos con ajoblanco de piñones y huevas de trucha


ingredientes
Espárragos
tomate
mantequilla
huevas de trucha

Ajoblanco de piñones
80 g de piñones
50 g de miga de pan
30 m1 de aceite
un ajo
vinagre, sal y agua

preparación
Para hacer el ajoblanco, remojamos la miga de pan en agua. Ponemos todos los ingredientes en el vaso de la batidora, incluida la miga de pan que habremos escurrido, y batimos hasta obtener una crema muy fina, que ajustamos de agua según queramos que quede de espeso el ajoblanco.
Pelamos los espárragos blancos y los cocemos durante 8 minutos (Podemos sustituirlos por unos buenos espárragos de conserva).
Pelamos y despepitamos los tomates y los picamos menuditos
En una sartén ponemos un poco de mantequilla, dejamos que tome un color de avellana y salteamos los espárragos en ella.
En el plato, colocamos los espárragos, el tomate y las huevas de trucha. Acompañamos con el ajoblanco, que serviremos, ya en la mesa, con una jarrita.Imprimir

Rape con costra de chips


ingredientes
lomo de rape en trozos
patatas chips
pimentón
miel
vinagre balsámico
salsa pesto y aceite

preparación
En una sartén marcamos los trozos de rape. Si fueran muy gruesos, los acabaríamos unos minutos en el horno.
Hacemos un triturado más bien grueso de patatas chips y pimentón. Pincelamos el rape con un poco de miel y lo pasamos por las patatas como si lo rebozáramos.
En el plato, ponemos cada trozo de lomo sobre una patata chip, con un poco de pesto y la reducción de balsámico.Imprimir

Panettone


ingredientes
(para un panettone de 1 kg o dos de ½ kg)

Masa 1
60 g de harina
30 ml de agua templada
15 g de levadura

Masa 2
220 g de harina
25 g de levadura
100 ml de agua templada
60 g de azúcar
40 g de yemas (de 2 huevos XL)
60 g de mantequilla

Masa 3
120 g de harina
60 g de azúcar
30 g de miel
50 ml de agua
40 g de yema (2 yemas de huevos XL)
60 g de mantequilla
una pizca de sal
vainilla
ralladura de limón y naranja
pasas y frutas confitadas picadas

preparación
Mezclamos los ingredientes de la masa 1 y la dejamos en un bol tapado con film en la nevera de cuatro horas a un día.
En un bol de amasado, ponemos la masa 1 y añadimos todos los ingredientes de la masa 2, menos la mantequilla. Amasamos y al cabo de diez minutos incorporamos la mantequilla a temperatura ambiente. Volvemos a amasar y dejamos la masa tapada, en sitio cálido, hasta que doble su tamaño (en torno a hora y media).
Una vez que doble, unimos esta nueva masa (1+2) a los ingredientes de la masa 3, dejando también para el final la mantequilla, las pasas y las frutas. Volvemos a amasar todo, quedando ya la masa definitiva para nuestro panettone.
La trasladamos a la cápsula, la dejamos tapada 30 minutos y la pintamos de mantequilla o ponemos un pegote encima.
Horneamos a 180 º o 200º unos 50 minutos.Imprimir

La Casa del Carmen


Como cada año, adelantándose un mes al Sorteo de Navidad, la Guía Michelín acaba de dejar su Gordo, pedreas y reintegros entre los restaurantes españoles. Y como cada año, los críticos se han quejado de que racanería con los restaurantes españoles de los inspectores de la biblia roja de la gastronomía. Ya es casi una tradición.
Este año, los gourmets de Madrid celebran que la capital vuelve a tener un restaurante de tres estrellas, Diverxo, y que cerca, junto a Toledo, a un joven cocinero le ha llegado la primera, como si fuera el tercer premio de la lotería, si no es injusto llamar lotería al reconocimiento a un trabajo de calidad. Me refiero a Ivan Cerdeño, que oficia en La Casa del Carmen, en Olías del Rey.
La Casa del Carmen parece un restaurante de carretera más, enclavado en un paraje no muy glamouroso de la vía de servicio de la autovía de Toledo. Si no vas avisado, puedes elegir ese restaurante como cualquier otro de los cercanos o, simplemente, pasar de largo. Por el aspecto exterior no parece nada especial. Pero, mejor detenerse, os lo aseguro.
Yo estaba alertada porque hacía tiempo que quería comer allí. Había leído críticas muy favorables que solían añadir un comentario muy positivo sobre los precios. Así que, cuando leí que le habían dado una estrella Michelin, me entraron más ganas de visitarlo… y más prisas: debía que disfrutarlo antes de que adaptara tarifas a la nueva categoría. Así que, este viernes, sin esperar más, me fui a felicitarles. A felicitarles y a comer.
Al personal se le notaba en la cara la felicidad por el ascenso a la División de Honor de la gastronomía que les ha reconocido Michelin, pero, como nos dijo el maitre, Rodrigo Delgado, andan un poco estresados pensando en la que se les viene encima. Tras conocerse la noticia habían tenido más de un centenar de reservas para el fin de semana y temían que la nueva clientela, con la guía bajo el brazo, les pudiera desbordar.
Rodrigo Delgado viene del restaurante El Bohío,  que regenta en Illescas el televisivo Pepe Rodríguez, y que es la matriz de esta Casa del Carmen, donde, como digo, oficia en la cocina Ivan Cerdeño, un joven chef, curtido antes en el Celler de Can Roca y el propio Bohío. En la carta, se notan las influencias -creatividad y apego a la tierra- de esas dos cocinas, pero Cerdeño va más lejos. Su menú degustación es un rosario de exquisiteces en el que preparaciones de toda la vida, ahora estilizadas, conviven con las más modernas técnicas: esferificaciones, crujientes, espumas… Quizá es demasiado extenso: en total diez y nueve preparaciones diferentes, pero no se hace largo, a pesar de que desde que empezamos con un refrescante bombón helado de sangría, hasta que pusimos fin a la comida con la enhorabuena entusiasta al chef, que tuvo la amabilidad de salir a saludarnos, habían pasado más de dos horas y media, que se nos hicieron cortas. En ese tiempo probamos, en dosis pequeñas, una ensaladita de lomo de orza junto a un delicado y mínimo bocata de paté de caza; una inolvidable croqueta de jamón y unas etéreas gachas manchegas con su compago; un explosivo buñuelo de queso, un delicioso escabeche de chicharro, aderezado con polvo helado de manchego y un ajoblanco de coco y uvas; el bacalao asado al miso rojo y una liebre a la Royal con crema de ciruelas secas dieron paso a los postres, en los que me pareció fantástico el de yogur, limón y leche reducida: ligerísimo y de sabores muy delicados.
No voy a enumerar todo para no alargarme, aunque cada plato merecería un apartado especial. Hay que seguir a este Iván Cerdeño que, en tan poco tiempo –el restaurante abrió hace cuatro años-, ha llegado tan lejos.
Los dos menús, con varias copas de vino y café, gentileza de la casa, hicieron una cuenta de 130 euros, algo más que razonable para una comida de esta categoría. Y, de momento, no piensan subir los precios a pesar de la estrella Michelín. Les va bien así y no están los tiempos para dispendios. Incluso mantienen un menú del día (dos platos y postre) de 25 euros: toda una ganga.

La Casa del Carmen
Autovía Madrid-Toledo km 61,200
Olías del Rey (Toledo)
Tfno: 925 49 07 59
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20 de noviembre de 2013

Crema de mejillones

















ingredientes
1 kg de mejillones
1 puerro
1 zanahoria
700 g de patatas
3 tomates rojos
1 bulbo de hinojo
1 pimiento rojo 
un vasito de vino blanco
aceite, azafrán, sal y pimienta

Decoración
Espárragos
mejillones y navajas
aceite de pimientos
brotes de cebolla

preparación
En una cacerola, abrimos los mejillones al vapor, con un vaso de agua y otro de vino blanco. Cuando se abran, sacamos los mejillones de sus conchas y reservamos el agua, después de colarla..
Rehogamos las verduras, el puerro, la zanahoria, el hinojo y el pimiento. Cuando tome un poco de color, añadimos el tomate pelado y picado. Agregamos las patatas troceadas y las salteamos con el sofrito. Cubrimos con el caldo de los mejillones y agua (o un buen fumet) y cocemos hasta que las patatas estén tiernas.
Trituramos emulsionando con los mejillones.
Salpimentamos y añadimos unas hebras de azafrán.
Cocemos unos espárragos naturales y trituramos unos pimientos de piquillo con aceite.
En los platos ponemos la crema, unos espárragos, un mejillón abierto, una navaja a la plancha, unas gotas de aceite de pimientos y los brotes.Imprimir

Langostinos con chutney de tomate

















ingredientes
1 puerro
1 zanahoria
aceite
langostinos o gambones crudos
brick

Chutney
1 kg de tomates maduros
100 g de azúcar moreno
125 ml de vinagre de manzana
1 cebolla
sal, cayena y tomillo limonero
aceite

preparación
Picamos en juliana el puerro y la zanahoria y los salteamos en un poco de aceite. Hacemos los langostinos a la plancha. Partimos las hojas de brick por la mitad y las rellenamos con un poco de salteado y un langostino a la plancha. Cerramos formando un paquete o rollito y freímos. Acompañamos con el chutney.
Chutney
Pelamos y picamos los tomates y la cebolla. Rehogamos a fuego lento durante mucho tiempo la cebolla y el tomate con un poco de sal.
Añadimos el azúcar, el vinagre y la cayena. Cuando tome la consistencia de una mermelada, tenemos hecho nuestro chutney. Lo metemos en los tarros con ramas de tomillo limonero fresco.
El chutney se suele consumir en frío.Imprimir

Carrilleras ibéricas en salsa de dátiles

















ingredientes
½ kg de carrilleras de cerdo ibérico
1 cebolla
1 zanahoria
10 dátiles deshuesados
ralladura de naranja
un vasito de Oporto seco
1 c.s. de Borvri1
harina, aceite para freír, sal y pimienta

preparación
Salpimentamos las carrilleras, las pasamos por harina y las freímos ligeramente.
En la olla a presión, rehogamos la cebolla, la zanahoria y los dátiles. Ponemos la carne y el resto de los ingredientes, cubriendo con agua y cocemos entre 30 y 40 minutos.
Sacamos la carne y trituramos bien nuestra salsa, pasándola finalmente por el chino.
En el plato, la acompañamos con un poco de buena pasta o unas patatas machacadas.Imprimir

Kringle

















ingredientes
Masa
30 g de azúcar
120 ml de leche
30 g de mantequilla,
15 g de levadura fresca
1 yema
300 g de harina
una pizca de sal

Relleno
50 g de mantequilla
60 g de azúcar
1 c.s. de canela

Glasa
50 g de azúcar glas
20 g de clara

preparación
Disolvemos la levadura en la leche tibia y la juntamos con todos los ingredientes, incorporando la mantequilla en último lugar. Dejamos reposar: que doble.
Estiramos la masa, ponemos el relleno sobre ella y enrollando formamos un gran cilindro alargado, que cortamos longitudinalmente con un cuchillo,teniendo cuidado de que el corte se detenga a dos o tres centímetros de uno de los extremos del cilindro. A partir de ese extremo al que no ha llegado el corte, trenzamos, procurando que las capas longitudinales que se verán tras el corte, queden hacia el exterior.
Juntamos los dos extremos del trenzado de forma que resulte una rosca.
Horneamos a 200º y al sacarlo del horno, todavía en caliente la pintamos con la glasa.
(Glasa: mezclamos el azúcar glas con la clara)
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19 de noviembre de 2013

Quesos














En Francia, la carta de cualquier restaurante, incluso del más humilde, propone siempre un surtido de quesos antes de pasar a los postres. En las casas, después de cualquier comida. se saca a la mesa una tabla con tres o cuatro fromages para que los comensales se sirvan. Parece que nuestros vecinos no conciben una comida sin el queso como colofón. En los mercadillos, junto a las frutas, verduras, embutidos, etc, los granjeros ofrecen las elaboraciones artesanales de su quesería, voceando sus cualidades como si fueran los mejores del mundo.
No es fácil imaginar algo así en España. A pesar de que producimos quesos de gran calidad, la demanda es raquítica y en los comercios no es fácil encontrar una oferta que vaya más allá del manchego, la torta del Casar, el queso de tetilla y algún cabrales o similares. Poca cosa si se tiene en cuenta que en España existe casi una treintena de denominaciones de origen con productos estimables. Y es una pena, porque estamos dejando que poco a poco se vaya reduciendo a la mínima expresión un tesoro gastronómico de gran riqueza y variedad. Hace poco escuché como apenas queda media docena de productores de San Simón, el excelente queso ahumado de la montaña de Lugo.

Poncelet
Junto a  esa situación tan precaria, en Madrid tenemos una de las mejores tiendas de queso de Europa: Poncelet. Ya hemos hablado aquí de este tesoro oculto, que ofrece la mejor y mayor variedad de quesos españoles y extranjeros. Pero hay más
Hace dos o tres años, Poncelet abrió un bar en el que el queso es el rey. Y lo de rey no es gratuito en este caso, ya que se trata de un auténtico palacio del queso. Poncelet Cheese Bar ofrece sus setecientos metros cuadrados para acoger a los amantes de este producto lácteo, que se conserva en una enorme cava de cristal climatizada que, no por casualidad, recuerda en su forma a un diamante. Y de esa urna puede salir casi cualquier variedad de queso que pida, en su punto justo de conservación. O de afinado, como les gusta decir en Poncelet. 
Para disfrutarlo la hermosa sala, con una decoración moderna y elegante en la que hay hasta un jardín mural como en Caixa Forum, tiene dos barras, una a la entrada y otra al fondo, y un buen número de mesas, con amplitud suficiente entre ellas. Yo recomiendo sentarse en la barra del fondo, frente a la cava acristalada, para contemplar la profesionalidad de los camareros, auténticos expertos en quesos, y charlar con ellos mientras preparan la tabla  solicitada. La tabla admite todas las combinaciones posibles, pero si no eres un experto, lo mejor es dejarse guiar por el personal entre esa jungla de nombres de quesos, nacionales y de importación, que suman hasta 140 tipos diferentes. Cada queso, cortado con mimo, se servirá en porciones pequeñas, acompañado con algún pegotito de compota, una mermelada, pasas, pistachos… en maridaje con el sabor: suave, pronunciado, fuerte o muy fuerte, más o menos salado, ligeramente picante, de hierbas. La experiencia puede resultar fantástica.
Si en vez de picar, se quiere una comida formal, la carta tiene un buen número de platos (ensaladas, arroces, carnes, pescados, etc,) siempre con el queso como coprotagonista. La carta de vinos, no se queda atrás, con una buena selección de caldos nacionales, y apenas una mirada tímida mirada al exterior con champagnes y oportos.
La cuenta, acorde con la calidad y exquisitez que se ofrece, puede ser alta, pero la relación calidad–precio es razonable. Se trata de una experiencia gastronómica como no hay muchas.

La recomiendo.

Poncelet Cheese Bar
José Abascal 61
Metro: Gregorio Marañón
Madrid
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13 de noviembre de 2013

Pimientos rellenos de cous-cous

















ingredientes
pimientos de piquillo (12 unidades)
un vaso de cous- cous
1 cebolla
30 gramos de boletus desecados,
mantequilla
aceite

preparación
Ponemos a hidratar, durante 12 horas, las setas desecadas y las escurrimos bien, guardando el agua para hacer el cous-cous.
Picamos la cebolla y la freímos en un poco de aceite en el que rehogamos también las setas. Calentamos un vaso del agua de los boletus, la salamos y, cuando hierva, añadimos el cous-cous y la retiramos del fuego. Tapamos, dejamos que repose durante 5 minutos y mezclamos con la mantequilla, separando los granos.

Mezclamos el cous-cous con la cebolla y los boletus. Con esta farsa rellenamos los pimientos, les ponemos un poco de aceite y sal y horneamos a 180º durante 10 o 15 minutos.
Sirven tanto de guarnición como de primer plato.Imprimir

Tilapia en panko


















ingredientes
Tilapia
panko
harina
huevos
aceite y sal

preparación
Cortamos la tilapia a tiras o en trozos no muy grandes. Salamos, rebozamos en harina, huevo batido y panko. Freímos en abundante aceite y colocamos en un cucurucho.
Si se quiere se puede acompañar con salsa tártara y un poco de ensalada.
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Chocolate rolls

















ingredientes
Masa
150 ml de leche
75 g de azúcar
70 g de mantequilla
3 yemas
25 g de levadura de panadería
450 g de harina de fuerza,
1 c.c. de vainilla
una pizca de sal

Mezcla
100 g de azúcar moreno
35 g de mantequilla derretida
canela

Glaseado
50 g de queso de untar
15 g de leche
35 g de mantequilla derretida
100 g de azúcar glas

Perlas de chocolate negro (o 100 g de chocolate negro picado)

un huevo para pintar

preparación
Hacemos primero la masa. Disolvemos la levadura en la leche templada. Mezclamos todos los ingredientes y amasamos. Incorporamos la mantequilla en último lugar y volvemos a amasar. Dejamos reposar en sitio cálido hasta que doble su tamaño.
Preparamos la “mezcla” juntando el azúcar, la canela y la mantequilla. Estiramos la masa formando un gran rectángulo, repartimos encima la “mezcla” y las perlas de chocolate. Cortamos de seis a siete tiras. Enrollamos cada tira haciendo como caracolas y las colocamos en un molde redondo, una en el centro y las demás alrededor, dejando algo de espacio entre ellas. Una vez las caracolas en el molde, las aplastamos levemente con la palma de la mano.
Tapamos con un paño y dejamos que repose durante media hora.
Pintamos con huevo y horneamos a 200º durante 12 minutos.
Glasa
Ponemos el azúcar glas en un bol seco y añadimos la mezcla de queso, leche y mantequilla derretida. Con esta glasa bañamos nuestro pastel en caliente.
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12 de noviembre de 2013

Cine y cocina

















En La Quimera del Oro, Charles Chaplin, aislado en una remota cabaña, en medio de una gran nevada, se muere de hambre. Por más que busca algo que pueda llevarse a la boca, no encuentra nada, pero, entre la debilidad que le produce alucinaciones y el hambre que agudiza la imaginación, se le ocurre una idea delirante: comerse su bota. Al fin y al cabo, el cuero procede de una vaca. Pone agua a hervir en una rudimentaria olla, sumerge en ella el borceguí y, mientras se hace, dispone una mesa de etiqueta para tan suculento banquete: mesa de cajón de embalaje, plato de hojalata y mantel del primer trapo que encuentra. Después da cuenta de tan singular banquete degustando con deleite cada bocado, chupando los clavos como si fueran huesecillos. Incluso utiliza el salero porque le sabe algo soso.
Aunque La Quimera del Oro no es precisamente un film sobre gastronomía, la destartalada bota de Chaplin ha sido la imagen elegida para el cartel de Film&Cook, el Festival de Cine y Gastronomía que se está celebrando en el Matadero de Madrid. 
El festival comenzó el pasado fin de semana y se clausurará el próximo domingo. Durante estos dos “findes” se proyectarán, a ritmo de cine de sesión continua, es decir, sin parar, casi treinta films, en su mayoría documentales, sobre los más variados temas relacionados con la cocina, la gastronomía o la alimentación en general. Dicho así suena un poco árido, pero, por lo que vi este domingo y lo que anuncia el programa, se trata de films realmente interesantes, que lo mismo muestran el proceso de creación de un plato (memorable el proceso del “huevo de flan” de Eneko Atxa, del restaurante Azurmendi, que denuncian el problema de la obesidad en Estados Unidos (Battling Obesity) o nos cuentan la historia de Mr Okra un legendario vendedor ambulante de verduras de Nueva Orleans.
Los cocineros
Pero para los mitómanos y mitómanas del star system culinario español lo mejor llega al final de cada proyección con ponencias y showcooking de algunos de nuestros mejores cocineros. Este fin de semana abrió plaza Quique Dacosta (3 estrellas Michelín) al que siguieron figuras como Ramón Freixa, Paco Roncero, Rodrigo de la Calle, Albert Adriá, Fina Puigdevall (Les Cols) y Mario Sandoval (Coque). Para los próximos sábado y domingo se anuncian Paco Pérez (Miramar) , Andoni Luis Aduriz (Mugaritz), Marcos Morán (Casa Gerardo), David Muñoz (Diverxo), Ricardo Sanz (Kabuki) y Ricardo Camarena. Todos con una o dos estrellas en la guía roja.
Como asistir a los grandes eventos culinarios tipo Madrid Fusión o Millesime no está al alcance de cualquier bolsillo, esta puede ser una ocasión única de acercarse a estos grandes cocineros, ver como elaboran alguno de sus platos míticos y, de paso, ir al cine en el estupendo auditorio del Matadero, una caja roja de bombones (no la de Nestlé) que no esperas encontrar detrás de los rudos muros del antiguo mercado central de la carne de Madrid. 
Las películas
A priori, entre las películas de este fin de semana me atraen Canned Dreams, (Sueños en conserva) que cuenta la historia de todas las personas que a lo largo de 8 paises producen algo necesario para una lata de raviolis  brasileños que acaba en un supermercado de Finlandia; Drops of heaven (Gotas de Cielo) en torno al personaje de una cocinera japonesa que lleva toda su vida (88 años) haciendo “sopa de la vida” y Love and Lemons, una comedia romántica sueca con dos jóvenes cocineros como protagonistas.
A los cocineros me gustaría escucharlos a todos.
Cada jornada se cierra con copas. Primero se proyecta una película (el sábado, 2001: una odisea en el espacio, y el domingo Como agua para chocolate) y, a continuación, casi de madrugada, algunos de los más afamados barman presenta un cóctel inspirado en ella, en la película. No parece mal final.
Los precios, entre 3 y 6 euros, como los de antes de la subida del IVA del cine.
Para quien el interese, puede consultar el programa aquí. Ojo, algún documental puede ser en inglés, sin subtítulos.
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6 de noviembre de 2013

Pan asado con crema de ajo

















ingredientes
1 baguette
1 huevo
3 c.s. de aceite
3 c.s. de mayonesa
6 dientes de ajo
ralladura de limón
orégano y sal
preparación
Mezclamos los ingredientes con el ajo bien picado y triturado. Hacemos cortes en la baguette, cuidando de no llegar al fondo.
Repartimos la mezcla de ingredientes sobre la baguette, procurando que entre por los cortes, envolvemos con papel de aluminio y horneamos a 180º durante 10 minutos.
Pasado este tiempo, abrimos el papel y gratinamos durante unos minutos.
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Pan con queso y cebollino

















ingredientes
1 hogaza
queso rallado (edam, cheddar)
cebollino picado
mantequilla
semilla de amapola

preparación
En la parte superior de la hogaza hacemos corte perpendiculares entre si, procurando que no lleguen al fondo, como en la receta anterior.

 Mezclamos los ingredientes y los extendemos sobre la hogaza procurando que penetren por los cortes. Envolvemos en aluminio y horneamos como en la receta anterior.
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Salmón con compota de cebolla y pera

















ingredientes
salmón
espárragos
vinagre de Módena

Compota de cebolla y pera
Peras de la conferencia
1 cebolla y 1
c.c. de azúcar por cada pera
un poco de aceite

Salsa holandesa
1 yema
2 c.s. de agua
125 g de mantequilla clarificada
zumo de limón

elaboración
Compota de cebolla y pera
Picamos la cebolla y la rehogamos en aceite. Cuando ha cogido un poco de color, añadimos la pera pelada y cortada en trocitos. Dejamos a fuego lento hasta que se ablande la pera (el tiempo dependerá del grado de madurez de la fruta).
Incorporamos el azúcar y dejamos que se integre en la compota. La guardamos en tarros de cristal para consumirla en frío.

Salsa holandesa
Agregamos la mantequilla clarificada a hilo y seguimos moviendo hasta que tenga la consistencia deseada. Aderezamos con sal y zumo de limón.
Esta salsa es difícil de conservar, por tanto debemos hacerla en el último minuto o, sii la hacemos antes, tenerla al baño María. Podemos sustituirla por una mantequilla con sal, limón y eneldo picado, enfriada y cortada en rodajitas.
Hacemos el salmón a la plancha. Hacemos los espárragos también a la plancha (o hervidos).

Montaje del plato.
Ponemos el salmón, encima un poco de compota y sobre esta unos espárragos.
Al lado, en el plato, acompañamos con salsa holandesa y un hilo de reducción de vinagre de Módena.
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Flan de queso de Arzúa y orujo

















ingredientes
100 g de azúcar
1 litro de leche
8 huevos
250 g de queso de Arzúa
limón, naranja y canela en rama

Caramelo
150 g de azúcar
80 ml de agua,
1 copita de aguardiente de orujo

preparación
Caramelo
En un cazo, ponemos el azúcar, el agua y el orujo, calentamos hasta que caramelice y bañamos una flanera con él.

Hervimos la leche con las cáscaras de limón y naranja y la canela, y añadimos el queso. Batimos los huevos con el azúcar y mezclamos con la leche. Vertemos en el molde caramelizado, tapamos con papel de aluminio y cuajamos al baño maría durante 35 minutos en horno a 180º
Desmoldamos cuando esté tibio.
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5 de noviembre de 2013

Figuras literarias

Cuando en el Bachillerato estudiábamos las figuras retóricas, una de las que más me llamaba la atención era la “metonimia”. Recuerdo que tenía varias posibilidades y la que más me gustaba era la que suponía llamar a una cosa por el nombre de un lugar en el que tuviera su origen o con el que estuviera relacionada. En alimentación y, sobre todo, en gastronomía, las metonimias son constantes y además suelen añadir un marchamo de calidad al alimento o bebida al que se refieren. Cuando en vez de pedir un queso, pedimos un Cabrales o decimos que hemos tomado un Rioja en vez de un vino de esa región, estamos usando metonimias, como aquel personaje de Molière que, de repente, descubría que estaba hablando en prosa sin saberlo.Como digo, las “metonimias” gastronómicas tienen el valor añadido de proclamar la excelencia de un producto por encima de los de su especie: es el que se ha impuesto a los demás, el indiscutido número uno. Diciendo Jabugo está claro que me refiero al mejor jamón posible y me ahorro tener que precisar que hablo de un jamón excelente de cerdo ibérico criado con bellota en esa localidad de la sierra de Aracena. Y si digo Idiazabal casi nadie piensa en esa pequeña población de Guipúzcoa, sino en el extraordinario queso curado de oveja que se produce allí. Lo mismo que si pido un Chinchón, con el “un” delante, me estoy refiriendo al anís, dulce o seco, con el que en tiempos se desayunaban muchos obreros.
Pero, aparte de las metonimias, me interesan esos productos que llevan adosado el nombre de la localidad en que se producen como si citarla sirviera para reconocer su excelencia entre los de su clase. Y no sólo eso, se han unido indisolublemente al nombre del pueblo como un reconocimiento a su gente, que nos ofrece cosas tan exquisitas. Me explico: cuando hablamos de morcilla, lo primero que se nos viene a la cabeza es la “morcilla de Burgos” y si nos referimos a los melones, pensamos en Villaconejos. Hay mil ejemplos: pimientos de Padrón, arroz de Calasparra, garbanzos de Fuentesauco, chorizo de Cantimpalos, salchichón de Vic, alubias de Tolosa, berenjenas de Almagro, espárragos de Aranjuez, langostinos de Vinaroz, almejas de Carril, ensaimada de Mallorca, judías de El Barco, pimentón de la Vera, lentejas de la Armuña, melocotones de Calanda, anchoas de Santoña, ajos de Las Pedroñeras o de Chinchón, capón de Villalba, cochinillo de Arévalo o cordero de Aranda o de Sepúlveda, turrón de Alicante o Xixona, mazapán de Toledo o de Soto, pasas de Málaga… Son las “antonomasias”, otra figura literaria muy extendida en gastronomía.
La lista puede hacerse interminable y seguro que me dejo muchos fuera con lo que se excitarán los instintos tribales de más de uno: ¿por qué no cita tal cosa de mi pueblo, que es la mejor de España?. No me lo toméis a mal, no trato de ser exhaustiva y en algún punto tengo que cortar. Además, para eso están los comentarios.
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