20 de junio de 2012

judías verdes, bacon y micuit
















ingredientes
Judías verdes
Bacon
Micuit
Aceite
Vinagre
Sal

elaboración
Cortamos las judías verdes en juliana fina, las hervimos en agua y sal durante siete minutos y las refrescamos en un bol con agua y hielo.
Cortamos el bacon en pequeñas tiritas y las freímos en una sartén hasta que estén bien doradas.
Cómo al freírlas suelen “saltar”, puede resultar más cómodo hacer este proceso en el microondas. Para ello colocaremos el bacon entre dos papeles de cocina y lo metemos en el microondas, que pondremos a la máxima potencia. Como estos aparatos son muy diferentes la mejor forma de saber cuando está listo es ir mirando cada minuto hasta comprobar que el bacon ha quedado crujiente.
Mezclamos el aceite, el vinagre y la sal con las judías.
En el plato ponemos un bouquet de judías aliñadas, bacon y lascas de Micuit, que cortaremos con un pelador de verduras. Para esta operación es fundamental que el hígado esté bien frío.Imprimir

Huevo frito Santa Rita
















ingredientes
120 ml de agua helada
120 g de tempura Santa Rita
Pan craker Santa Rita
Chorizo
Huevos
Aceite para freír

elaboración
Mezclamos la harina de tempura con el agua de forma que consigamos una masa con la textura de una natilla espesa.
Picamos el chorizo (Puede ser también jamón o bacon)
En un vaso, ponemos una yema de huevo, le añadimos 2 c.s. de masa de tempura y movemos de forma que la yema quede envuelta por la masa.
Añadimos chorizo picado y pan cracker.
Freímos en abundante aceite y sacamos con cuidado.
Repetimos la operación tantas veces como huevos queramos freír.

Biscotes de chocolate

















ingredientes
150 g de nueces
60 g de azúcar
125 g de mantequilla en pomada
4 huevos
15 biscotes sin sal ni azúcar
1 c.s. de levadura Royal
Ralladura de naranja
½ c.c. de canela en polvo

Cobertura
150 g de chocolate de cobertura
2 c.s. de nata líquida
100 g de nueces partidas

elaboración
Montamos las claras a punto de nieve.
Montamos las yemas con el azúcar.
Trituramos los biscotes con las nueces, le añadimos la mantequilla, la ralladura, la canela y la levadura.
Mezclamos con suavidad todas las preparaciones, dejando las claras para el final.
Forramos una tartera de horno, vertemos nuestra masa y horneamos a 180º durante 20 minutos. Derretimos el chocolate de cobertura con la nata. Cubrimos con él nuestro pastel y le añadimos las nueces por encimaImprimir

13 de junio de 2012

Ensalada de alubias y perdiz

















ingredientes
Alubias cocidas
Perdiz en escabeche
Pimientos asados
Escarola
Aceite
Vinagre
Pimentón
Sal
Ajo

Para la perdiz en escabeche
2 perdices
1 vaso de aceite
1 vaso de vino blanco
1 vaso de vinagre
Laurel
Ajo
Pimienta en grano
Cebolla
Zanahoria
Perejil

elaboración
Escabechamos las perdices. Para ello, las doramos primero en una sartén, las pasamos a una olla con el resto de los ingredientes del escabeche y las cocemos hasta que estén tiernas.(Una hora en cazuela o unos 15 minutos si lo hacemos en la olla a presión).
Cortamos los pimientos a tiras y deshuesamos las perdices.
En una sartén con aceite rehogamos ajo picado, pimentón (con cuidado de que no se queme) y vinagre.
Colocamos en el plato escarola, alubias (en nuestro caso vamos a utilizar pochas en conserva), pimientos y perdiz. Salseamos con el aliño de la sartén
Imprimir

Terrina de atún


















ingredientes
¼ de litro de mayonesa
3 hojas de gelatina
3 patatas gordas cocidas con su piel
250 g de atún en escabeche
1 manojo de espárragos verdes
Tomatitos verdes y aceitunas para decorar

elaboración
Cocemos los espárragos. Cocemos también las patatas, las pelamos y las machacamos con un tenedor. Las añadimos sal y aceite.
Desmenuzamos el atún
Remojamos la gelatina en agua fría, la disolvemos en un poco de agua caliente y la añadimos a la mayonesa (mayonesa encolada)
En un molde de cake forrado con film, ponemos una capa de mayonesa, encima atún desmenuzado, patata machacada, los espárragos, mayonesa, atún y patata.
Tapamos la terrina con un film, le ponemos encima un peso ligero (1/2 kilo más o menos) y guardamos en la nevera unas dos horas.
Desmoldamos y decoramos a gusto.

Pan y peras

















ingredientes
Pan de molde sin corteza
6 peras de conferencia
4 c.s. de mantequilla
4 c.s. de azúcar
Un puñado de pasas
1/2 litro de crema pastelera

Baño
1 vaso grande de leche
1 vaso grande de nata
4 huevos
4 c.s. de azúcar

Azúcar glas para espolvorear y pasas para decorar

elaboración
Picamos las peras y las rehogamos con la mantequilla. Añadimos las pasas y el azúcar y caramelizamos.
Hacemos la crema pastelera.
Estiramos las rebanadas de pan con el rodillo.
Batimos los huevos del baño con la nata, la leche y el azúcar.
Forramos con papel de horno una tartera y vamos colocando el pan en el fondo de manera que quede cubierto pero sin montar. Ponemos crema pastelera y peras, otra vez pan, de nuevo crema pastelera y peras y, por último, otra vez pan.
Vertemos el baño por encima, ponemos unas pasas y dejamos que repose ½ hora antes de hornear a 180º durante veinte minutos.
Se presenta espolvoreado con azúcar glas y es mejor tomarlo de un día para otro, al menos, con dos horas de reposo.
Imprimir

11 de junio de 2012

Gadgets de cocina












¿Hasta qué punto unas pinzas para quitar las espinas al pescado son indispensables en una cocina? Seguramente se puede prescindir de ellas y utilizar alguna forma alternativa, aséptica y  eficaz para lograr que se pueda comer un salmón sin peligro de ensartarnos el esófago. Pero a ver quién se resiste a comprar esas tan monas que has encontrado en una tienda pija de cocina y que, por otra parte, es lo único que puedes pagar.
Siempre me he preguntado si todos esos gadgets de cocina son realmente necesarios a la hora de hacer un guiso, un asado o una ensalada, pero sigo comprándolos a pesar de que hace tiempo que superé la capacidad de almacenaje de mi cocina.
Hay algunos que son realmente útiles y los uso con frecuencia, como el sifón que permite hacer mil espumas o el soplete que facilita mucho la caramelización de cualquier dulce. Otros no lo son tanto, pero hacen que cocinar sea más fácil y, sobre todo, más divertido. ¿O no es divertido un sacapuntas de hortalizas con el que hacer graciosas virutas de zanahoria? ¿ O el cortador de piñas, que te las convierte  en un largo y decorativo muelle en menos que canta un gallo?
Para mi las tiendas de cocina son un imán y jamás he pasado de largo por una. A veces compro utensilios realmente útiles, pero casi siempre termino llevándome alguno de esos gadgets (deberíamos llamarlos cachivaches) que en el momento de la compra me parecen hasta imprescindibles para una buena cocinera.
Sin ánimo de ser exhaustiva y además de los ya citados,  en los últimos tiempos he comprado un vaciador de tomates, un deshuesador de cerezas, un acanalador de cítricos, un aparatito que de un solo clic quita el rabito a las fresas, un medidor de spaghetti, un cortador de judías verdes , un pelador de espárragos y una especie de cuchilla múltiple que permite cortar un gajo de manzana, por ejemplo, en laminas del mismo grosor. Tengo también un rodillo para pinchar hojaldre, otro para hacer enrejado con una masa y uno más para cortar una masa extendida en triángulos iguales para hacer croissants.
También compré hace tiempo una pipa para lanzar sobre los alimentos humo con diversos aromas, un termómetro laser que no necesita tocar el pavo que está en el horno para saber su temperatura, un  jabón de acero que quita los malos olores de las manos y, fuera de la tecnología punta, una ingeniosa aguja en espiral que viene de miedo cuando se quiere coser un pavo después de rellenarlo.
Reconozco que, a veces, son un poco extravagantes, pero eso lo que pienso ahora: cuando los fui comprando me parecían imprescindibles para una cocinera que se precie. Desde luego facilitan algunas operaciones culinarias y dan cierta alegría a la cocina. ¿O no es alucinante que las pinzas con las que retiramos la carne de la parrilla nos digan a qué temperatura nos vamos a quemar si no esperamos para comerla? Las he visto en una página en la que hay otros muchos gadgets la mar de curiosos y a la que podéis echar un vistazo aqui procurando no distraeros con las fotos del principio y el final.
(en la foto de arriba, de izquierda a derecha: Sacapuntas para hortalizas, jabón anti olores de acero, aparato para quitar el rabito a las fresas, vaciador de tomates, deshuesador de cerezas, aguja en espiral para coser pavo relleno, y cuchilla múltiple para cortar en láminas iguales.

Imprimir

6 de junio de 2012

Pastelines de gazpacho














 

ingredientes
¼ litro de gazpacho
3 hojas de gelatina
1 pimiento verde
Cebolleta
Tomate
Pepino
Picos pequeños

elaboración
Tenemos que gelatinizar el gazpacho. Para ello, ponemos las hojas de gelatina en remojo en agua fría y, cuando estén hidratadas, las disolvemos en 50 ml de agua caliente. Añadimos el gazpacho y removemos bien.
En moldes pequeños aceitado (podemos utilizar pequeños vasos de plástico de usar y tirar) ponemos el gazpacho gelatinizado y dejamos enfriar para que cuaje.
Cortamos el pimiento, la cebolleta, el pepino y el tomate en trocitos muy menudos.
Desmoldamos los pastelitos en cucharas de degustación. Acompañamos con el picadillo y los picos de pan. Por encima, aliñamos con aceite, vinagre y sal..Imprimir

Pulpo asado
















ingredientes
1 kg o 1 ½ kg de pulpo
Limón
Aceite

elaboración
Congelamos el pulpo, al menos, tres días antes de realizar el plato. Lo descongelamos y lo ponemos en una cacerola, cubierto con agua fría. Sin sal. Cocemos durante unos 30 minutos. Lo sacamos y lo pasamos a una fuente de horno. Lo cubrimos con agua de su cocción y horneamos a 200º otros 30 minutos. Escurrimos y gratinamos 5 minutos. En el plato, añadimos aceite y zumo de limón.
Imprimir

Brigadeiros
















ingredientes
370 g de leche condensada
1 c.s. de mantequilla
3 c.s. de cacao
Cacao para rebozar o fideos de chocolate

elaboración
Ponemos los ingredientes en un cazo y cocemos a fuego bajo hasta que espese (unos 10 minutos), moviendo continuamente para que no se agarre.
Dejamos enfriar. Nos engrasamos las manos con mantequilla y vamos formando bolitas con pequeñas porciones de chocolate. Las pasamos por cacao o fideos de chocolate de forma que parezcan trufas.
Imprimir

5 de junio de 2012

Feria del libro


















Este lunes me he pasado por la Feria del Libro (la del Retiro). Suelo hacerlo todos los años, aunque este me ha resultado un poco extraño. Como los Reyes me trajeron un Kindle y me descargo los libros de internet, mucho más baratos, he pasado por las casetas (son más de 400) sin ese remordimiento de que estoy comprando más libros de los que puedo permitirme. De todas formas mi bolsillo no ha salido indemne: los libros de cocina, con su profusión de imágenes y su edición de calidad, no son fácilmente trasladables al e-book y yo sigo comprándolos en el formato tradicional. Y no son precisamente baratos.
He retrasado un día la publicación de este post para contaros mis impresiones sobre  la feria. Es rara la caseta en la que no hay un apartado de cocina.
Venden los libros más populares, como La comida de la familia, de Ferrán Adriá,  1069 recetas de Karlos Arguiñano, Las comidas en30 minutos de Jamie Oliver, manuales de tapas fáciles o tratados de cocina para conservar la línea. También parece que se venden bien, las he visto en varias casetas, las recopilaciones de algunos blogs de éxito como El Comidista o Falsarius Chef. Está claro que la cocina y la gastronomía siguen de moda. Me ha resultado interesante la caseta 138, en la que tiene su sede la editorial Extramuros.
Está especializada en facsímiles y tiene un amplio catálogo de libros de cocina, con algunos clásicos como la Guía del buen comer español, de Dionisio Gutiérrez, o Arte de cocina, pastelería, bizcochería y conservería, de Martínez Moñino, nada menos que el cocinero de Felipe II.
Aparte de estas curiosidades, si vamos a la feria, hay dos casetas que no debemos dejar de visitar. Son las de Aliana Gastronomía (caseta 110) y la de A Punto (caseta 74). La primera más veterana y la segunda algo más joven, son la mejor oferta especializada en Madrid. Interesante es también la Editorial Blume (Caseta 196). No se ocupa sólo de cocina como las dos anteriores, pero tiene un interesante catálogo culinario. Everest (Caseta 355) es algo parecido.
Al final, aunque esta vez no he comprado novelas, salí cargada. Y, curiosamente, casi todo lo que he comprado hablaba de cocina mediterránea. Destacaría tres: La pequeña Cuchara de Oro, un libro de cocina italiana, Delicias de Marruecos, sobre pastelería marroquí, y El Cocinero deDamasco, que habla y da recetas de la cocina siria y árabe en general.
Coincidencia. A la salida del Retiro pasé por la Casa Arabe, en las antiguas escuelas Aguirre. Allí, en el sótano, hay una pequeña cafetería donde dan un menú del día por algo más de diez euros, que tiene un aspecto estupendo.Este lunes ofrecían, de primero, humus o Baba ganoush o ensalada griega. Y de segundo, cuscús de pollo o kefta. No pude quedarme, pero tengo que volver, porque tenía una pinta estupenda. También se puede tomar un té moruno con pastelitos, que sirven con la tetera y las tazas tradicionales.

29 de mayo de 2012

Tartar de fuet y queso
















ingredientes
150 g de fuet
1 tomate pequeño o mediano
1 cebolleta
100 g de queso de Mahon
Aceite de oliva

elaboración
Cortamos en dados muy pequeños el fuet, el tomate y el queso. Añadimos la cebolleta picada y un poco de aceite y mezclamos.
Lo servimos en cucharitas de degustación o en copas pequeñitas.
Imprimir

Conejo al estragón
















ingredientes
1 conejo en trozos grandes
1 zanahoria
1 cebolla
¼ kg de champiñones
10 ciruelas pasas
1 vaso de vermú blanco
Estragón, comino, mostaza, laurel y pimienta
Aceite

elaboración
Salpimentamos el conejo y lo especiamos con el estragón y el comino.
En una cazuela, doramos el conejo con un poco de aceite. Retiramos.
Picamos la zanahoria y la cebolla y la sofreímos levemente en la cazuela. Ponemos encima el conejo y el resto de los ingredientes. Dejamos que evapore un poco el vermú y cubrimos ligeramente con agua. Tapamos y dejamos cocer hasta que el conejo esté tierno.
Si se quiere, se puede espesar la salsa añadiendo un poco de maicena disuelta en agua fría.
Acompañamos con patatas paja.
Es recomendable que el estragón sea fresco, pero, de no encontrarlo, podemos usar el seco.
Imprimir

Bizcocho de nueces y miel
















ingredientes
300 g de harina
200 g de mantequilla
200 g de azúcar
200 ml de leche
1 c.s. de levadura
2 huevos

Baño
100 g de nueces
100 g de miel
100 g de mantequilla
100 g de azúcar
100 ml de leche

elaboración
Trabajamos la mantequilla con el azúcar. Añadimos los huevos y la leche. Incorporamos la harina con la levadura. Ponemos la masa en un molde de cake y horneamos a 180º entre 25 y 30 minutos.
Baño
Fundimos en un cazo los ingredientes. Vertemos sobre el bizcocho y volvemos a hornear 10 minutos más.
Imprimir

28 de mayo de 2012

50.000

En la madrugada del domingo al lunes, alguien hizo clic en Menús para impresionar, y el contador marcó cincuenta mil entradas. A quien quiera que fuese, me hubeira gustado darle un ramo de flores, como se hacía con el turista un millón cuando descendía del avión en Mallorca, pero no puedo saber quién es. Supongo, por la hora, que sería americano y quiero imaginarme que buscaba, y quizá encontró, inspiración para hacer la cena.
A ella o a él y a todos los que seguís el blog, ¡muchas gracias!
Imprimir

27 de mayo de 2012

Comerse la bandera


Dice una tradición italiana que la Pizza Margherita fue una creación de un cocinero para honrar a la reina Margarita de Saboya. Sus principales ingredientes, (tomate, mozzarella y albahaca) tenían los
colores de la bandera italiana.
No se si los publicistas que trabajaron para promocionar el Sydney International Food Festival conocían la historia, pero, a la postre, su genial campaña terminó siendo eso: comidas típicas de cada país, formando los colores de la bandera nacional.
La albahaca, los espaguetis y los tomates dieron el verde, blanco y rojo de la bandera italiana y, a partir de ahí, no hubo más que investigar los ingresientes típicos de la gastronomía de cada país y dejar volar la imaginación.
 Aquí os dejo algunos de los resultados que me parecen más interesantes
Suiza: charcutería y emmental
Brasil:sobre un fondo de hojas de bananero, limas, piña y fruta de la pasión
Japón: un disco de atún rojo sobre fondo de arroz
Estados Unidos: perritos calientes, ketchup y mostaza
Grecia: aceitunas y queso feta

Personalmente no me termina de convencer la elección de productos que dieron color a la bandera de España. Además se presta a muchos juegos de palabras sobre la imágen que tienen por ahí de nosotros. Si quieres verla, pincha aquí
En total son dieciocho banderas las que se hicieron para la campaña. Aquí puedes verlas todas.

23 de mayo de 2012

Aspic de macedonia















ingredientes
½ litro de caldo de verduras
Huevos duros de codorniz
1 bote de macedónia de verduras
6 hojas de gelatina

elaboración
Hidratamos las hojas de gelatina y las disolvemos en un poco de caldo caliente. Mezclamos con el resto del caldo.
En el fondo de un molde engrasado ligeramente, ponemos un poco de caldo gelatinizado. Colocamos huevos duros y verduras de la macedonia. Terminamos de llenar el molde con el caldo y las verduras.
Enfriamos hasta que cuaje. Podemos hacer un molde grande o bien moldes individuales, más pequeños.
Imprimir

Dorada a mi manera
















ingredientes
1 dorada de más de un kg
2 zanahorias
1 puerro
8 judías verdes
Aceite
sal

elaboración
En una fuente profunda o, mejor, en una cacerola de las de hervir espaguetis, ponemos agua a hervir. Atamos un cordel a la cola de la dorada y, cuando el agua empiece a hervir, la sumergimos en ella durante unos diez segundos, sujetándola con la cuerda. Pasado ese tiempo, la izamos tirando del cordel y la quitamos la piel tirando de ella con los dedos. (Se quita fácilmente)
Cortamos la verdura en juliana.
Sobre un papel de horno, colocamos un lecho de verduras salpimentadas, situamos encima la dorada, también salpimentada, y la cubrimos con el resto de las verduras.
Lo regamos todo con aceite y cerramos, colocando otro papel de horno encima y doblando sobre si mismos los bordes de ambos papeles, de manera que formemos un paquete rectangular con el pescado dentro. Debemos asegurarnos de que el paquete no se va a deshacer durante el horneado. Si es necesario, podemos graparlo.
Horneamos durante media hora a 190º.
Acompañamos con patatas hervidas y salsa tártara (mayonesa con pepinillos, alcaparras y mostaza).

Negritos de chocolate y café
















ingredientes
150 g de chocolate
100 g de mantequilla
1 c.c. de Nescafé (o un sobrecito)
1 c.c. de extracto de vainilla
100 g de almendras molidas
175 g de azúcar
4 huevos

elaboración
Precalentamos el horno a 180º y forramos un molde rectangular. Derretimos la mantequilla con el chocolate al baño María. Le añadimos el café y la vainilla, la almendra y el azúcar y, por último, las yemas
Batimos las claras a punto de nieve firme y las incorporamos a la masa suavemente.
Horneamos durante 30 minutos. Enfriamos dentro del molde y partimos en trozos. Espolvoreamos con azúcar glas.
Imprimir

21 de mayo de 2012

El abuelo en el restaurante

Hace poco, en el Rastro, revolviendo en un rimero de papeles antiguos, encontré la carta de un restaurante de los años setenta. No recuerdo el nombre del establecimiento, pero no debía ser un local muy aristocrático. Yo diría de tipo medio, tirando a humilde. Uno de esos restaurantes con manteles a cuadros o, simplemente blancos, cada vez más finos por los continuos lavados. Esos locales iluminados con fluorescentes, con camareros nunca muy jóvenes invariablemente uniformados con una chaquetilla blanca, y corbata negra. (¿Por qué la corbata era siempre negra?).
La carta, como casi todas entonces, tenía una larga lista de platos de los que ni la mitad le sonará a quien tenga menos de 40 años, porque muchos de ellos han desaparecido de las mesas de los restaurantes o de los comedores domésticos.
Para empezar, sopa castellana, servida en cuencos de barro, que, muchas veces, ni siquiera era vidriado. La sopa castellana, que  era el nombre refinado de la racial sopa de ajo, llevaba como pareja a la sopa de picadillo, con sus dados de pan frito.
Podríamos seguir con unas endivias al roquefort, un plato moderno, casi exótico, que estaba comiendo el terreno a la tradicional ensalada de lechuga y tomate. Las endivias, y más con salsa de roquefort o lo que fuera aquello que rellenaba las hojas cóncavas de las achicorias, eran una novedad absoluta, que muchos degustaban casi con los ojos en blanco.
Tampoco faltaba en nuestra carta el cóctel de gambas, o de marisco. Se servía en una copa metálica de boca ancha, como esas copas de champagne que se usaban antiguamente. Sobre un lecho de lechuga cortada en juliana, se ponían las gambas peladas y se regaba todo con salsa rosa. Misteriosamente, se adornaba con una rodaja de limón, cuya utilidad no creo que nadie llegase a saber. No era menos misterioso que, en algunos sitios, se sirvieran en cuencos de cristal, sobre hielo picado.
Como no podía ser menos, en la lista figuraba el melón con jamón. Se le consideraba un plato elegante, por más que ni el jamón fuese de Jabugo, ni el melón de Villaconejos. En el contraste, salado-frío, el menú incluía también los rollitos de jamón de York con huevo hilado. No sé  por qué, se les consideraba un plato de Navidad.
Estaban también los espárragos dos salsas, casi siempre excesivamente delgados, que se servían en el centro del plato, con mayonesa a un lado y vinagreta al otro. Y los huevos a la flamenca, con guisantes y jamón, que llegaban a la mesa en las cazuelitas de barro (¡ojo!, quema)  en las que se habían horneado.
El San Jacobo, era un filete de pollo sobre el que se ponía una loncha de queso y otra de bacon, antes de pasarlo todo por pan rallado y huevo y freírlo a la romana. Podía ser un buen segundo, aunque lo elegante de verdad era pedir Lenguado Meunière, frito a la francesa, con mantequilla y con la salsa restante sobre el pescado y las patatas, siempre cocidas, con que se solía acompañar.
En los postres, aparte de flanes, natillas y arroces con leche, lo llamativo era la profusión de nata, acompañando a cualquier preparación. Así, era muy popular el melocotón en almíbar con nata, con su curioso aspecto de huevo frito. Se podía pedir también, flan con nata, nueces con nata o un “pijama”, que podía llevar melocotón en almíbar, piña, plátano, flan… todo adornado con la inevitable nata.
La alternativa a tanta nata, podía ser una tarta al whisky o, quizá, la contessa, otra vez la nata, entre finas láminas de chocolate.
Parece arqueología culinaria, pero hace poco más de treinta años se podía pedir en cualquier restaurante. Mikel López Iturriaga, en su blog “El Comidista” lo ha definido con mucha gracia. Lo llama comida viejuna. La pregunta es, qué llamaremos comida viejuna dentro de unos años.
Imprimir